La estancia

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La estancia 9
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-traje una galleta para ti...-

Peter le sonrió de oreja a oreja mientras sacaba una galleta del bolsillo de su abrigo, la había medio envuelto en una servilleta de papel y ahora estaba un poco rota y su bolsillo lleno de migajitas pero poco le importó al pequeño. Lo importante era que había logrado guardar para Steve una de las galletas más ricas que había en la charola esa mañana.

Cada día cuando le servían el desayuno en la mansion el señor Jarvis se encargaba de que Peter tuviese un muy variado desayuno y a veces le dejaba elegir algunas galletas para acompañar su leche tibia.

-Gracias... ya me estaba preguntando con que tomaría mi té de esta tarde-

Steve le guiño un ojo mientras tomaba el regalo que Peter había traído para él.

Hacía ya un par de días que cuidaba de Peter durante las mañanas y en las tardes cuando Tony venía por el pequeño los tres comían juntos de la comida que Tony muy puntualmente se encargaba de traer.

El moreno decía que era parte del pago y que además prefería comer con el rubio que comer solo en su casa.

-El señor Jarvis dice que esta galleta es especial... es la misma galleta que le gusta a Santa-

Steve sonrió viendo a Peter con ternura,  el nene solía hablar mucho del señor Jarvis y de acuerdo con Tony era un vecino algo mayor que a veces solía cuidar a Peter y del que el menor se había encariñado como si fuese su abuelo.

-Bueno entonces deberías asegurarte de guardarle algunas a Santa para esta navidad.-

Peter asintió entusiasmado y pronto ambos se sumergieron en la pequeña rutina que Steve había creado para ambos.

En un par de días más sería navidad y de cierta forma Steve estaba entusiasmado con la idea. Tony había propuesto que cenaran juntos esa noche y quizá pasar navidad juntos también lo cual para el rubio era sin duda algo totalmente fuera de lo normal.

La única persona que le había acompañado en navidad desde que su madre había muerto había sido Bucky pero desde hace dos años el moreno no había podido asistir en esas fechas pues su trabajo en el hospital era demasiado exigente.

Asi fue como días después Tony se presentó a su puerta con un montón de comida y un muy abrigado y sonriente Peter.

-trajimos espaguetis y un pavo! -

Lo saludo Peter brincando a su alrededor con entusiasmo mientras su papá dejaba las bolsas sobre la mesa.

-Hola... wow... ese suéter te queda bien...-

Tony beso con suavidad la mejilla de Steve aprovechando para enredar su brazo en la delgada cintura y atraerlo un poco contra su cuerpo.

La cercanía entre ambos poco a poco había ido en aumento y ahora Steve podía decir que si, definitivamente se estaba enamorando de Tony...

-Gracias, a ti también te..-

-No, ni lo digas... ya se que esta horrible... es como si la navidad hubiese explotado en mi... pero lo escogió Peter...-

-Iba a decir que las gafas te quedaban bien...-

Se "corrigió" Steve con una risita divertida, era cierto. El suéter de Tony era feo con ganas pero aún así era lindo que se lo hubiese puesto.

Más tarde después de cenar se habían sentado en la salita de Steve con un par de tazas de cocoa caliente para abrir los regalos.

Steve había tenido que recortar un poquito su propio presupuesto del mes para poder comprar el regalo,  pero sin duda ver la sonrisa alegre en el rostro de Peter había valido la pena.