Pequeñas cosas inesperadas.

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Desperté, el reloj marcaba las 3:00 a.m., esperaba que Ian aún se encontrara aquí, necesitaba hablar con alguien, no lograba dormir.
Bajé las escaleras, no estaba contenta de haberlo dejado en el sillón, pero no era conveniente que se quedara conmigo.

-¿Estás despierto Ian? ¿Ian?

Escuché que algo se calló en la cocina, grité armando un escandalo total.

-Shhh, tranquila-.dijo alguien mientras me tapaba la boca por detrás.

-¡Ian!¡Ian! ¿Dónde estás?

-Cállate, tu amigo está ahí en la cocina, no te haré daño si te callas.

Estaba aterrada, el tipo tenía un pasamontañas negro y vestía todo de negro, traía una pistola atorada en su cinturon, pero algo que me llamó la atención fue el dije que colgaba de su cuello, era un ojo dentro de un triangulo, me parecía haberlo visto antes.

-¡Ian! ¡Ian!-.grité.

-¡Que te calles he dicho! Y dile a tus padres que se cuiden, y se alejen de aquí si no quieren ver a su hijita muerta. ¿Entendiste Elizabeth?

Elizabeth, Elizabeth, Elizabeth, escuchaba mi nombre retumbando en mi cabeza una y otra vez.

Desperté sudando, me levanté de la cama, y tenía un mal presentimiento, sentía que el sueño era real, tomé mi dije de ángel, eso sin duda me ayudaba a relajarme, inmediatamente tomé mi bata y salí de mi habitación.

-¡Ian! ¡Ian! ¿Estás ahí?-.gritaba histérica mientras bajaba las escaleras. 

-Aquí estoy princesa. ¿Está todo bien?

No pude responder solo me lancé directo a sus brazos.

-Princesa estás ardiendo-.dijo Ian tocando mi frente.-Ven, sientate.

Me senté en el sillón que aún tenía las sabanas de Ian, y él fue a la cocina a traerme un vaso de agua.

-Toma princesa-.dijo dandome el vaso con agua.

-Debo llamar a mi madre-.dije y me levanté.

Tome el teléfono y llamé a mi madre.

-¿Bueno?-.respondió.

-Madre. ¿Estás bien? ¿Ya vas a llegar? ¿Dónde estás?-.dije desesperada.

-Hija, está todo bien, cuídate mucho, no puedo hablar ahora-.y colgó.

Me quedé fría, sentí como mi corazón se aceleraba rapidamente, ví a Ian sentado en el sillón y solo quería estar a su lado, necesitaba su compañía, quería que alguien me dijera que todo estaría bien aunque no fuera verdad.
Me recargué en su pecho y comencé a llorar, no sabía la razón, solo sentía un vacío, un mal presentimiento, pero no estaba segura de que fuera real y aún así yo necesitaba llorar, tal vez era alguna manera de sacar todo lo que sentía.

-Princesa. Debo arreglarme para ir al colegio, pero no quiero dejarte sola. ¿Vienes conmigo-.dijo Ian mientras me limpiaba las lagrimas.

-Tranquilo, estaré bien, le diré a mi nueva vecina que venga si me siento sola e iré con ella así que no te preocupes, ve con cuidado.

-¿Segura?

-Sí, segura-.Me despedí de él con un corto beso en la mejilla.

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León:
Me lastimaba que Elizabeth se comportara indiferente conmigo y que pareciera que ya no le importaba. Pero sabía que ella aún sentía algo por mí, solo lo intentaba ocultar, estoy seguro de que ella todavía me quiere como yo la quiero a ella, estoy seguro de que muy pronto estaremos juntos.

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