Psicópata.

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-¡Mi hijo!

-Maldita sea, Lucía. ¿Qué fue lo que hicimos mal?-.dijó el padre de Ian.

Me gustaría haberle respondido algo, pero no podía hacerlo, no era quien para decirle que ellos habían desaparecido el suficiente tiempo para no darse cuenta de todo lo que hacía Ian, pero en parte esto no era su culpa, nadie tenía la culpa, Ian debió ser más responsable, pero ahora esto había pasado y no había como remediarlo.

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Dos meses después.

David:
Habían pasado exactamente dos meses desde que Elizabeth desapareció, no sabíamos nada de ella, Ian seguía en coma, Emma estaba totalmente destrozada, quería encontrar a su hija, pero ni siquiera sabía donde buscarla, no había llamadas de secuestradores pidiendo algún rescate, no sabíamos absolutamente nada de ella, incluso la policia había dejado de buscarla, decían que lo más seguro era que Elizabeth ya no estuviera con vida.

Emma lloraba todos los días, le lloraba a esa hija muerta que nunca pudo volver a mirar a los ojos, que nunca vió su cuerpo ya sin pulso, no vió su cuerpo frío.

En el fondo ambos teníamos la esperanza de que Elizabeth regresará algún día, pero tal vez nuestra esperanza no tenía posibilidad alguna.

Me hubiera gustado despedirme de Elizabeth, decirle lo importante que fue para mí, era una amiga fenomenal, a pesar de que me haya distanciado bastante de ella, ahora me arrepiento completamente del tiempo perdido, entendí que debemos disfrutar a las personas mientras las tengamos, porque no sabemos cuando pueden irse, cuando es que su corazón puede dejar de latir, por eso deberíamos disfrutar cada día como si fuera el último.

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Alisson:
Ian seguía sin despertar, los doctores no nos daban esperanzas, Elizabeth seguía desaparecida y los policias creían que ya no estaría con vida.
Tal vez su destino era estar juntos, y por eso ambos estaban por marchar o alguno de ellos ya había marchado, quizás su destino era encontrarse en alguna otra vida, o en algún otro lugar, nunca sabremos lo que el destino tiene realmente preparado para nosotros.

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León:
Mierda. Elizabeth, nadie sabía nada de Elizabeth, mi pequeña llevaba 2 meses perdida, y ya nadie hacía nada por ella, el idiota de David no hacía más que alcoholizarse y pasar el tiempo con una mujer y con otra, la madre de Elizabeth, solo lloraba, ni siquiera comía, se pasaba el tiempo encerrada en la habitación de Elizabeth, solo quería que Elizabeth regresara por arte de magia. Y yo, yo tampoco hacía nada, no podía hacer nada, no tenía idea de como rescatar a Elizabeth, además era algo que a mí no me pertenecía, yo ya no era más que pasado en su vida, yo me alejé de ella y no tuve la oportunidad de decirle que siempre creí que ella era la persona correcta.

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Charlie:
Elizabeth estaba desaparecida y todo era mi maldita culpa, si yo no hubiera llegado ese día a su casa Ian jamás se hubiera accidentado, y por lo tanto Elizabeth no hubiera tenido que estar en el Hospital, nada de esto le hubiera pasado, pero claro, se me ocurrió hacerle caso a Fernanda, aceptar la invitación y creerle que Elizabeth realmente quería que estuviera ahí.

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Fernanda:
Todo había funcionado a la perfección.
Mi plan había sido más que perfecto, pero era obvio que nadie sospecharía de la dulce vecina, Ian seguía hospitalizado y todo era gracias a mí, funcionó perfectamente la idea de que Charlie llegara a casa de Elizabeth, y ella era tan amable que no lo correría, esa idiota, siempre me tenía cansada con sus estúpidas buenas actitudes, con su cara de "ángel", pero se había acabado, todos pensaban que ella estaba muerta, pero yo sabía que no lo estaba, justo ahora la tenía en frente de mí, estaba ahí atada a la silla, con la misma ropa de hace dos meses, sucia, suplicaba que la dejara ir, pero no lo haría, era mi momento para brillar sin que ella me opacara, hace dos meses cuando se dió cuenta que yo era la que la tenía aquí la muy idiota me salió con que creía que yo era su amiga.

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