El camino es la meta también.

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Después de un rato Ian se separó un poco de mí y tomó mi rostro con sus manos.
-Princesa. Se que no sirve de mucho, pero te prometo que te voy a apoyar en todo, se que jamás podré curar el dolor que sientes, pero de alguna manera intentare hacerte sentir bien, intentare hacerte olvidar. Y quiero que no te detengas por esto que acaba de pasar, quiero que sigas con tu vida, porque se que tu papá donde quiera que esté y si es que puede verte se sentira orgulloso de ti, así que logra tus metas y continua con el camino, yo estare contigo durante el recorrido. Te quiero-.dijo y volvió a tomarme entre sus brazos.

Ian tenía razón, tenía que continuar con mi camino y cumplir mis metas, de alguna manera era lo que mi papá siempre había querido verme triunfar, verme brillar, verme cumplir mis sueños, y ahora no me quedaban ganas de continuar por mí, pero estoy dispuesta a continuar por él.

-Princesa, debemos ir con tu mamá.

Así que Ian se separó de mí, me tomó de la mano y comenzamos a caminar de regreso a mi casa.

-Oye, puedo ir sola, tienes cosas que hacer.

-Princesa, es tarde, puede pasarte algo yo quiero cuidarte.

Continuamos caminando hasta que llegamos a casa, abrí la puerta y ahí estaba mi madre, inmediatamente corrí a abrazarla.

-Mamá, lo siento por irme así, superaremos esto juntas.

Mi mamá solo comenzó a llorar otra vez, pero me quedé sosteniendola en mis brazos, intentando de alguna manera darle consuelo, sabía que yo tenía que ser fuerte porque tenía que darle mi apoyo a ella.

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Ian:
No me gustaba ver a mi princesa destrozada, sabía lo importante que su papá era para ella, pero ahora él ya no está para cuidarla así que yo me encargare de cuidarla, me encargare de hacerla feliz, de estar a su lado siempre, sin importar nada, ahora solo importaba ella.
Estaré para ella, porque se que ella me necesita.

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Fernanda:
Se me había pasado el tiempo volando, tomé mi teléfono y noté que tenía un mensaje de Elizabeth, mierda, no le avisé nada, tengo que salir a buscarla.

-Elizabeth debe estar preocupada-.dije

-¿Quieres que vayamos a su casa?

-Me parece bien, aunque vivo justo en frente.

-No importa.

David tomó las llaves de su coche, se vistió rapidamente y yo hice lo mismo, salimos corriendo de ahí. 

Por fin llegamos a la casa de Elizabeth y tocamos la puerta.

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Elizabeth:
No quería separarme de mi mamá, pero tuve que hacerlo, escuché que alguien toco la puerta, y aunque Ian se haya ofrecido a abrir decidí hacerlo yo misma despues de todo era mi casa y me podían estar buscando a mí tanto como a mi mamá. Era Fernanda con David, cuando los ví se me llenaron los ojos de lagrimas nuevamente.

-¿Qué pasó?-.dijo Fernanda.-¿Elizabeth?

-Mi papá, está muerto.

David y Fernanda solo me tomaron entre sus brazos, ambos me abrazaban, intenté controlar el llanto, pero no pude.

-Lo sentimos-.dijeron ambos.

Yo me separé de ellos recordando que mi mamá estaría sola, y regresé con ella para tomarla entre mis brazos, David y Fernanda entraron y cerraron la puerta.

-Mamá. ¿Dónde está mi papá?

-Hija, lo único que queda de tu padre son las cenizas, su cuerpo estaba desecho y su rostro irreconocible, lo mejor fue que tú no lo vieras, es mejor que lo recuerdes así como era alegre, y no lo recuerdes como lo dejaron esos...

-¿Quiénes? ¿Quién le hizo eso a mi papá?

-No hija, nada, me confundí, tu papá tuvo un accidente.

Algo me hacía desconfiar de mi mamá, nuevamente sentía que me estaba ocultando algo, había algo que no quería que supiera y yo no podía quedarme de brazos cruzados, si alguien le había hecho daño a mi padre tenía que saberlo y esa persona tendría que pagar, no iba a dejar que esto se quedara impune.

Días después...

Habían pasado ya varios días, había asistido con normalidad al colegio, obtuve buenas notas e incluso hice nuevos amigos, mi mamá estaba bien, aunque seguía haciendo sus viajes fuera de casa, ahora solo tenía miedo de que algo malo pudiese pasarle a ella también, si le pasaba algo me quedaría totalmente sola, no tendría nadie más de mi familia conmigo, solo sería yo luchando contra algo que no tenía idea que era.

En estos días he estado intentando descubrir que es lo que había pasado con mi padre, pero no encontraba pista alguna, intenté investigar a sus compañeros de trabajo pero ninguno parecía sospechoso, aunque me llamó la atención un hombre, parecía de apróximadamente 30 años, no tenía cara de ser un delincuente, pero lo que lograba llamar mi atención era que estaba dentro de los archivos de la empresa que trabajaba mi padre, pero no había pista alguna de sus movimientos dentro de la empresa, ni siquiera fuera de ella. Su nombre era Justin Smith. Pero después me daría tiempo para investigar más acerca de él, ahora tenía que concentrarme en el colegio, este sería mi último año de estudios ahí.

Era Jueves por la tarde, ya se acercaba la hora de ir a clases, como de costumbre Ian pasaría por mí.

Llegó justo a tiempo para irnos al colegio.

-¿Estás lista princesa?

-Más que nunca-.dije tomandolo del brazo.

Decidimos ir en la moto ya que era algo tarde, pero le pedí que esta vez conduciera él, así que subí después de que él lo hizo y lo rodeé con mis brazos para evitar caer.
Llegamos al colegio, pero yo ni siquiera me había dado cuenta que ya estabamos ahí, tenía los ojos cerrados y mi cuerpo aferrado al cuerpo de Ian.

-Princesa, ya llegamos, podría quedarme todo el día así contigo si no fuera porque tenemos examen el día de hoy.

-Lo siento-.dije apenada.-No había notado que ya estabamos aquí.

Bajé de la moto, y él bajó después de mi, pero esta vez no entramos tomados de la mano, esta vez me acercó a él y colocó su mano en mi cintura.

Mientras recorriamos los pasillos todos parecían estar lanzando rumores como siempre, pero no me importaba, me sentía feliz a lado de él y eso era suficiente.

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