¿Lo recuerdas?

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-No tenías que molestarte-.respondí.

-Tú mereces que me tome todas las molestias. Bueno. ¿Nos vamos?

-¿Piensas irte conmigo?

-No parece que vayas a irte con alguien, yo te veo sola.

-Bueno, ya que. ¿Conduces tú o conduzco yo?

-¿Me dejarías conducir?

-Pues por algo te ofrecí que conducieras.

-Vamos-.dijo mientras me quitaba las llaves y subía a mi moto.-Sube, pequeña.

Subí a la moto e intente no sujetarme para nada de León, entonces el comenzó a avanzar, yo sentía que en algún momento saldría volando, y de repente León se frenó de golpe.

-Casi me matas. ¿Qué ocurre?-dije.

-¿No piensas sujetarte?

-No.

-Anda, necesito que llegues viva.

De alguna manera no podía ponerme necia y no sujetarme, podría caer si no lo hacía, así que le tomé la palabra a León y me sujeté de su abdomen, colocando mi cabeza contra su espalda.
Sentía el viendo contra mi cara y al parecer León intentaba decirme algo, pero no lograba escucharlo hasta que decidió elevar un poco el volúmen de su voz.

-Estaba recordando algunas cosas, y llegó algo a mi mente, recuerdo que me dijiste que era genial conducir, pero que sería más genial conducir conmigo. ¿Lo recuerdas?-.dijo León.

Ciertamente lo recordaba, recordaba cada maldita palabra que le dije y que me dijo, recordaba todos sus "Te quiero", recordaba absolutamente todas sus promesas.
Pero no podía admitirlo así que fingí que nuevamente el viento no me había dejado escuchar.

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León:
No me importaba que Elizabeth haya decidido tomarme del abdomen de mala gana sentir su  cuerpo presionado contra el mío, su compañía me hacia bien, por fin comenzaba a entender porque esto nunca funcionó con nadie más.

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Elizabeth:
A lo lejos podía ver mi casa, aunque llevaba los ojos entrecerrados.

Por fin llegamos, bajé de la moto y después bajó León y me entregó las llaves.

-Luces apagadas. ¿No están tus padres?-.preguntó León.

-Me parece que fueron a una fiesta o algo así.

-¿No te da miedo quedarte sola?

-No.

-¿No me invitas a entrar?

-Pues ya que, entra.

Entramos a casa.

-¿Estás segura de que no te da miedo quedarte sola?

-Bueno, de hecho, sí, si me da miedo.

-¿Me darías el honor de hacerte compañía?

-¿Por qué tienes que decirlo tan formalmente?-.dije mordiendome el labio.-Pero sí, acepto, pero solo por hoy. Además no es como que sea de lo más feliz con tu compañía, es solo para no estar sola.

-Bueno, no era la respuesta que esperaba, pero me parece bien. ¿Qué te gustaría hacer, pequeña?

-Dormir. Iré por algunas cobijas para ti y después me iré a mi habitación.

No me dió respuesta alguna, quizás me había pasado un poco, pero aún así, era divertido verlo sufrir un poco.

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