Un amor inesperado [CLEXA AU]

7. Otro contrato.

Pov's Lexa

Mientras consolaba a Clarke, sonó el teléfono de la casa de Lincoln y decidí ir a contestar.

En la llamada:

–¿Hola?

–Hola buenos días, hablas con el Club Weather –dijo una voz femenina.

–Ah, hola. ¿Qué se le ofrece?

–Es para infórmale que en veinte minutos se mandará a alguien a recoger a la chica "princesa".

–¿En veinte minutos? –dije sorprendida.

–Sí, eso es correcto –dijo afirmando la chica al otro lado de la línea.

–Está bien, aquí estaré esperando.

–Bueno, pues hasta luego.

–Adiós –me despedí.

Una vez colgué me dirigí nuevamente hacia Clarke que se encontraba todavía en la habitación y le avisé.

–Clarke, en veinte minutos vienen por ti –dije pendiente de su reacción.

–¿Tan pronto?, pero apenas son las nueve y quince minutos –dijo señalando el reloj que estaba sobre una mesa de noche.

–Sí, lo sé. Por eso tienes que darte prisa, ducharte y desayunar.

–Lexa, no me quiero ir –dijo con ojos tristes.

–Clarke, ya hablamos de esto nena, no tengas miedo —dije tratando de tranquilizarla.

–Está bien... iré a ducharme –dijo poniéndose de pie.

Una vez dicho eso, me fui directa hacia la cocina a prepararle algo simple pero delicioso para que no se fuera con el estómago vacío. Me dispuse a hacer dos pancakes bañados con miel de abeja acompañados por una taza de café recién salido de la cafetera.

–Ya estoy lista —la oí decir mientras me daba la vuelta para poder observarla mejor. Tenía puesta la misma ropa con la que vino y su cabello dorado caía sutilmente por sus hombros."Pero qué hermosa es", pensé.

–¿Tengo algo? –me preguntó sacándome de mi embelezamiento.

–¿Qué?, no, no, es que... te ves muy linda —confesé finalmente.

–Gracias... ¿eso lo hiciste tú? —preguntó cambiando el tema refiriéndose a los pancakes.

–Ah, sí. Son para ti, es para que no te vayas con el estómago vacío.

–Gracias —dijo sonriendo y tomando asiento en la barra de la cocina.

Una vez ella terminó de desayunar se fue al baño a cepillarse con un cepillo de repuesto que tenía Lincoln en el baño. Yo mientras lavaba los platos de repente escuché el timbre sonar. Me sequé las manos y fui directa dispuesta a abrir la puerta.

—Hola, buenos días. Vengo por "princesa" —dijo el hombre frente a mi quien no tenía cabello y era ligeramente más alto que yo, y vestía de un traje negro.

—Claro, ya la traigo, deme unos minutos —dije ajustando la puerta y adentrándome a la casa para llamar a Clarke.

–Clarke, ya llegaron por ti —dije lo suficientemente alto para me escuchara desde el baño.

–¿Clarke? —pregunté acercándome al baño ya que no daba señales.

–¿Clarke, estás ahí? —abrí la puerta y ahí estaba. Llorando frente al espejo.