Un amor inesperado [CLEXA AU]

20. Siguiente paso.

Clarke's Pov

Lo único que alcanzaba a recordar era haberme subido al auto con el tal "Jorge" e ir directo a mi casa lo cual no fue cierto porque una vez arrancado el vehículo comencé a notar que aquel tipo estaba yendo por un camino erróneo, cuando le avisé, el sujeto hizo caso omiso a lo que le estaba diciendo y en un intento de bajarme en un semáforo este le puso seguridad a las puertas. Después de intentar mantener la calma esto fue en vano, porque el sujeto sacó inesperadamente un arma de la guantera del auto y la posicionó con una mano en un costado de mi cadera mientras con la otra se estacionaba en el estacionamiento desolado de un almacén.

Este acto me había dejado todavía más asustada. Posteriormente sentí un fuerte golpe en la parte posterior de mi cabeza y mi vista se oscureció.

Cuando desperté, ya no me encontraba en el auto sino que estaba atada a una silla con una escasa luz iluminándome desde arriba, me dolía la cabeza, y apenas me fui despertando mi vista comenzó a enfocar los objetos que habían a mi alrededor, con un poco de esfuerzo comencé a divisar que era un lugar pequeño en el que me hallaba, no sabía si era de día o de noche, no sabía cuántas horas habían pasado desde aquel acontecimiento. Después de unos cuantos minutos desorientada salió mi presunto secuestrador, quién ya conocía perfectamente, Alan Smith. Este señor empezó haciéndome un interrogatorio sobre la señorita Woods, a lo cual me negaba rotundamente a responderle, y como consecuencia a esto, me fue propinando golpes. No quería cometer los mismos errores que cometí hace unos cuantos años atrás, no quería volver a perjudicar a Lexa con su empresa nuevamente, así que como este vio que no colaborada recurrió a llamarla.

Cuando finalizó aquella llamada, Smith colgó molesto al darse cuenta de que Lexa tampoco quería colaborar.

—Al parecer tu amada no te quiere lo suficiente como para venir a rescatarte, linda —dijo acercándose a mí, tocando mi cara delicadamente y en respuesta a ese roce yo desvié el rostro.

—Y al parecer tu vida es tan miserable que no tienes nada mejor que hacer que secuestrar a personas.

Y tal parece que mi comentario le afectó porque enseguida me obsequió una cachetada. Ya casi no sentía la cara de tantos golpes recibidos por él. Este optó por coger un pañuelo y posicionarlo en mi boca haciendo una mordaza con este. En lo único que podía pensar era en Lexa, en lo que la estaba haciendo pasar a causa mía.

—Me pregunto qué habrá visto Woods en ti para haberte sacado de ese lugar —dijo este sentado frente a mí viéndome de arriba abajo—. Al final se dará cuenta que eres una pérdida de tiempo. No estés tan convencida de que te soltaré así de fácil —dijo maliciosamente.

Yo solo me limitada a ignorarlo con la cabeza gacha.

De repente volvió a sonar mi teléfono móvil el cual tenía él—. Mira quién se dignó a llamar —dijo mostrándome que en la pantalla salía el nombre de Lexa— ¿Ahora sí quieres conversar? —dijo contestando.

—Dime dónde quieres el intercambio —dijo Lexa a través del altavoz.

Abrí los ojos repentinamente, no podía creer que Lexa accediera poner en riesgo su empresa, y como pude empecé a tratar de gritar a través de la mordaza para advertirle a Lexa que no debía confiar en ese hombre.

—En el puerto de Polis, en una hora te espero ahí. Ve sola, y sino lo haces dile adiós a la rubia —dijo colgando.

Este se acercó y me quitó la mordaza.

—¡Eres un desgraciado! —escupí las palabras con euforia— ¡Espero ver que te pudras toda tu vida en la cárcel! —continué.

—Al paso que vas no creo que estés viva para hacerlo —dijo sonriéndome de medio lado cínicamente.