Es lo que pienso cada vez que te veo.
Me encanta tu apariencia, esas pecas preciosas y esos ojos vivaces que irradian alegría como átomos inestables que están tan descontrolados que sacan esos rayos para todos lados, pero éstos rayos son tan alegres que te matan, como lo haría la radiación, pero de alegría.
Que cursa con síntomas como que se te hinche el pecho, te pongas colorado y se te deforme la cara con muecas de sonrisas y miradas obnubiladas al ver esos rasgos. La cara de la alegría, el rostro de la bondad y la faceta de todo lo que significa bueno.
Lo peor de esos rayos alegres no son los síntomas visibles, hay algo más interno, unos sentimientos que también provocan pensamientos de ternura y apego.
Empezas a sentir como tu mente divaga y quiere algo de vos que no se puede obtener sin pasar más de veinticuatro horas de corrido viéndote a la cara, sin parpadear ni un momento porque sino se pierde. Ya dije que son átomos, es atracción de la mas elemental y como bien sabe Planck o Einstein, no podes sacarle la vista a un átomo de encima porque éste cambia y tenes que empezar todo de nuevo.
se que no me va a alcanzar la vida para conocerte, pero cuento con ello... creo que tengo un plan de tratamiento bastante largo para poder curarme de esos rayos. Creo que la vida útil de tus átomos excede la vida media de un humano y aunque todo ésto sobre radiación y principios de incertidumbre suene muy complejo, se resume a algo tan cliché como cierto: Te amo de manera eterna, de manera que por más que me lleve toda la vida conocerte un uno por ciento y que cada vez que me acerque me enferme más de ésta enfermedad de alegría es algo que voy a seguir eligiendo.
ESTÁS LEYENDO
Amo Eso
PoetryNunca llego a contarte todo lo que me gusta de vos y que me hace perder el sueño. Acá voy.