Amo eso, tus manos.
Son pálidas y chiquitas y a veces se paralizan.
Amo que cada cosa que hacen sea con amor y esmero.
Amo eso, cuando usas tus uñas para acariciarme la nuca e inconcientemente doblo el cuello y me decís "perrito", sonriendo sin dejar de acariciarme.
Amo cuando tus manos están sanas,
son tan sinceras tus manos que me cuentan cuando estás de buen humor o algo te está molestando.
Amo eso, poder conocerte.
De tus manos aprendí que pueden golpearme infinidad de veces y a mí me siguen pareciendo caricias,
porque no podés evitar quedarte impactada y entonces pensas absurdamente que empujándome o dándome golpecitos vas a ganar algo.
Si, soy masoquista porque normalmente te peleo para me pegues,
porque para mí es divertido ver cómo te descostillas de risa y a la vez es tu contacto lo que me gusta sentir.
Amo que tus manos siempre estén heladas,
porque entonces las envuelvo entre mis manos que siempre están calientes y las entibio,
pero también cuando nos torturados con las manos heladas... Reafirmo entonces que sos la más mala de los dos.
Amo eso que haces con tus manos...
Desde tus caricias y torturas hasta cuándo nada tienen que ver conmigo y las usas para hacer felices a otros escribiéndoles que ellos también son especiales o solo regalándoles tus historias para que aprendan lo que a tu corta edad ya entendés mejor que nadie:
que es el amor.
Amo eso. Siempre lo amé.
Quizás fue lo primero que ame de vos.
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Amo Eso
PoesíaNunca llego a contarte todo lo que me gusta de vos y que me hace perder el sueño. Acá voy.