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Tienes que venir Mia, sois mi amuleto de la suerte, no puedo salir a jugar sino estais vosotras en la grada.

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Narra Mia:

- Cambiate de camiseta que nos vamos - habla Aida mirando la hora en su móvil.

- ¿A dónde vamos a ir? - pregunto desconcertada y ellas no dejan de sonreir.

- A ver a Sergio, lleva una hora mandandonos mensajes a todas - contesta Gala.

- Y como estoy ya harta de él y para no matarlo, pues te vamos a llevar al partido de las narices - añade Maria - así que sube ponte su camiseta y baja corriendo que no nos da tiempo, niego con mi cabeza sonriendo y subo a mi habitación, me cambio y vuelvo a bajar.

- A la venga vamos - habla Aida cogiendome de la mano.

- Chicas que tengo que coger el móvil - respondo intentando pararlas, pero ellas no me dejan.

- No te hace falta para nada - hablan todas a la vez antes de meterme en el coche.

Narra Jesus Jr:

- Venga va, que este es nuestro partido Sergio - hablo animado ayudando a mi primo a colocarse bien los guantes - haz que tu hijo o hija este orgullosa de ti cabeza.

- Niña - susurra y yo lo miro sin entender - es una niña nos lo digeron el otro día - vuelve a susurrar con una sonrisa y yo la abrazo.

- Una princesita enhorabuena, ahora a demostrarle, porque se va a apellidar Rico - lo animo antes de que todos salgamos del vestuario, mientras el himno comenzaba a sonar, mire hacía la grada y vi a Mia con una sonrisa  con la camiseta de Sergio ahora más que nunca tenemos que ganar, llevamos preparando esto durante meses.

Narra Sergio Jr:

1-0 en el último minuto lo estabamos consiguiendo, ibamos a ir a la final, solo una jugada y mi sueño se estará haciendo realidad.

- Una más - susurra Curro cuando le indico que se ponga a mi lado para defender el cornet, sacanel balón y los cojo con mis manos antes de que el pitido final sonará, lo hemos conseguido, segundos después tenía a la gran malloría de mis compañeros abranzandome.

- Ahora llega lo mejor - hablan mis compañero riendo, mientras los familiares comenzaban a bajar y allí estaba ella con esa hermosa sonrisa que la carecteriza y esa hermosa barriga.

- Toma anda - susurra el entrenador abrazandome y dandome la cajita sin que nadie lo note - la portería es toda tuya, todos están ya avisados - informa y yo asiento con mi cabeza, antes de ir hacía mi chica.

- Eres un campeón - me abraza sonriendo y besa mi nariz - la sirenita y yo estamos super orgullosas de ti - me mira sin dejar de sonreir.

- Vamos a jugar un rato anda, quiero ver si sigues teniendo toque, años después, que hace mucho que no nos retamos a penaltiles - cojo su mano y tiro hacía ella.

- Sergio ¿enserio?, sabes que no calculo bien con la barriga no es una revancha justa - hace un puchero, cuando la dejo en el punto de penalti y yo voy a por el balón.

- Es ahora o nunca - susurro volviendo hacía ella - ¿preparada enana? - pregunto poniendome de rodillas para colocar el balón o eso es lo que ella se cree.

- Nací preparada ya lo sabes, ahora vas a saber bien, quién es la pequeña Correa - me responde con una sonrisa, pues yo ahora mismo no estoy tan seguro, toco de nuevo el balón y muerdo mi labio inferior, sacandome la cajita del bolsillo y ella me mira extrañada.

- Mia Correa Mina, eres la mujer de mi vida desde pequeño lo he tenido claro, vas  a ser la madre de mi primera hija y si en el futuro tengo más, quiero que la madre seas tú también, sé que he sido imbécil, sabes que siempre soy propenso a cagarla, llevo preparando esto durandote meses y ahora me he quedado en blanco - susurro y ella me mira sonriendo - bueno creo que ya sabes todo lo que siento por ti, por eso ¿quieres casarte conmigo? - pregunto mirandola a los ojos y ella asiente con su cabeza, le pongo el anillo, me levanto y la abrazo.

- Te amo Sergio - susurra antes de besarme y que todos comenzaran a gritar.

La pequeña CorreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora