Capítulo I: Una noticia ¿Dolorosa?

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Su cuerpo se sacudía como un viejo barco de papel ante una brisa. Unas pequeñas gotas de agua salada caían desde sus ojos, resbalaban por su nariz hasta llegar a su punta y se dejaban caer al vacío. Apoyada en sus codos, sobre el viejo escritorio que le había regalado su padre cuando aun tenía 6 años, lloraba. Llevaba dos meses sin saber nada de él. Dos meses desde que se había quedado sola.

Entre sus brazos, un arrugado papel descansaba en la superficie del mueble, pequeñas gotitas caían sobre él, haciendo que la tinta impresa se disipara dejando pequeñas manchas negras difuminadas por el papel.

Hace un par de días, Rominna no se estaba sintiendo bien, se desmayaba y tenía nauseas la mayor parte del día. Esa mañana había recibido la llamada de su médico, anunciándole que sus exámenes estaban listos. El hombre solo le dijo que todo estaba bien y que los papeles le serían enviados a su casa esa misma tarde.

Alrededor de las seis de la tarde, el cartero golpeo la puerta principal de su casa. Ella atendió sonriente, la llamada de su médico de cabecera la había tranquilizado bastante. Amablemente recibió el sobre y le dio una pequeña propina al chico, el joven se despidió con una sonrisa y se marchó. Subió las escaleras hasta su habitación, mientras entraba en ella, abría el sobre blanco que el muchacho le había entregado. Se dejó caer en la cama y empezó a leer.

Al principio no entendía mucho que decían aquellos exámenes, comenzó a pasar las hojas hasta que algo se desprendió de ellas, una pequeña hojita cayó al suelo. La tomo con cuidado y la miro, una imagen borrosa en blanco y negro aparecía en ella.

Rominna se quedó de una pieza al darse cuenta de que era aquella pequeña hoja, sus manos comenzaron a temblar haciendo que nuevamente aquel papel cayera al suelo. Debe haber un error, ¡debe haber un error!, se repetía la morena tratando de tranquilizarse.

Busco su teléfono y llamo a su médico, aquello no podía ser cierto.

-Estas embarazada Rominna, no hay ningún error –la voz del anciano resonaba en sus oídos.

Pero lo era, no había sido un error, he ahí la razón de sus desmayos, náuseas y mareos.

El teléfono cayó de sus manos desarmándose completamente al tocar el suelo, ella pudo sentir como un hoyo negro la succionaba hacia su interior, todo comenzó a darle vueltas.  ¡Eso no estaba pasando!

***

Hace un mes que se había enterado de aquella noticia, y desde ese momento su vida di un giro no en 180°, sino, en 360°. Cuando su madre se enteró de aquello, la echo a la calle. Para ella era una vergüenza que su única hija se hubiera embarazado siendo tan joven, Rominna era su niña y su bebé. Y que ahora la luz de sus ojos llevara un niño en su vientre, y que el padre de él no supiera ni de su existencia, era demasiado para ella.

Vago por días entre las casas de sus amigas, durmiendo incomoda en sofás y en camas improvisadas,  hasta que Tyler la encontró.

***

Rominna llevaba viviendo el último mes en un pequeño apartamento rentado por su mejor amigo; Tyler. Desde que él supo la noticia había apoyado en todo a su mejor amiga, Tyler tenía mucho dinero, pero aun así trabajaba en sus horas libres mientras estudiaba. Sus padres pagaban su carrera completa, aquel dinero que él ganaba lo podía despilfarrar en lo que quisiera, pero el muchacho nunca fue de esos niños mimados que se metían en problemas, al contrario, era bastante tranquilo y prefería una pequeña reunión con sus amigos, que salir de fiesta a emborracharse.

En cuanto supo que su amiga esperaba un bebe, Tyler comenzó a hacer planes de inmediato. Él sabía perfectamente lo que había pasado con Avi y Rominna, conocía esa historia al revés y al derecho. Y al igual que su amiga, el también odiaba a esas cinco personas que habían destruido todo lo que Rominna había logrado reconstruir en los últimos años.

A través del dolor {Segunda temporada de "Cumplir un sueño, y ¿algo más?"}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora