Capítulo XI: Un beso y un adiós

374 37 12
                                    

Cerré la puerta tras de mí, por la pequeña ventana que daba al pasillo su madre y Kirstie nos miraban. Rominna movió su cabeza indicándome algo, al instante lo entendí. Me acerque a la ventana y cerré la persiana, dejándonos a los dos completamente a solas.

Sin hablar, Rominna hizo un espacio en su cama para mí, la mire a los ojos como preguntándole si podía recostarme a su lado, ella solo se limitó a asentir. Tomé aire para llenar mis pulmones y camine hasta su cama, con cuidado me acomodé a su lado, ambos mirábamos el techo sin decir nada. Sinceramente yo no sabía que decirle, un nudo se había formado en mi garganta y en mi estómago.

-Mamá me dijo que ya todo estaba arreglado para Sophie –tragué en seco. Mire el reloj de la pared; 9.30am. Me había dormido por horas en el suelo del hospital, hoy era la despedida de nuestra pequeña. –Me dejaran salir solo por unas horas y luego debo volver, estaré un par de días más aquí. –su voz sonaba distante, rota y herida. Gire mi cabeza para mirarla, estaba delgada, sus ojos tenían un oscuro circulo rodeándolos, pequeñas manchas violetas y rojizas se esparcían sobre su piel, me quede observándola sin decir nada. -¿Estás oyendo? –ella se giró para verme, nuestras miradas se conectaron de inmediato, mi corazón comenzó a acelerarse, latía cada vez más rápido. Había olvidado lo que sentía tenerla tan cerca, había olvidado la manera en que solía perderme en sus ojos marrones, había olvidado cuan enamorado de ella estaba.

-Eres hermosa –mi corazón se detuvo por un segundo, aquello había escapado de mi boca sin mi permiso, Rominna aparto la mirada frunciendo el ceño. Me patee internamente por eso. -¿Cómo te sientes?

-¿Cómo crees que estoy? Acabo de perder a mi bebé –sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Yo también perdí a mi hija, y por poco pierdo al amor de mi vida –Rominna me miró, y sin importar lo que ella dijera la abracé. Meses, meses esperando por tenerla entre mis brazos otra vez, la sensación de emoción que sentía al tenerla cerca, volvía a invadirme.

Un sollozo escapo del interior de los dos, la abracé con fuerza contra mi pecho, pero a la vez con cuidado. No quería que el dolor de sus heridas físicas se hiciera más grande. Besé su frente repetidas veces, acaricie sus cabellos sin dejar de llorar.

-Perdóname, perdóname, todo esto es mi culpa. Te amo, nunca debí alejarme, nunca. Perdóname, te amo princesa, te amo. No quiero perderte de nuevo, por favor no te vayas de mi lado. –Por fin podía dejar salir todas las palabras que tenía atrapadas en mi pecho hace tanto tiempo, quería sacarlas todas, no dejar ninguna en mi interior. Quería que lo supiera todo. –Nada hubiera pasado si yo no hubiera aceptado, realmente ni siquiera acepte, me obligó, ella me obligo. Yo te amaba, yo te amo Rominna, no sabes todo lo que me duele que esto haya pasado. Perdóname princesa, yo te amo de verdad. –no podía parar, lágrimas caían de mis ojos sin control, al igual que salían las palabras de mi boca.

-Avi, por favor no sigas –su voz amortiguada llego a mi oídos, Rominna trataba de calmarse. –No hablemos de esto hoy… Por Sophie, hagámoslo por Sophie. –nuestras miradas volvieron a unirse, quería besarla, me moría por besarla de nuevo, por sentir sus labios. Pero no debía, como estaban las cosas no podía arriesgarme.

La puerta se abrió haciéndonos saltar a los dos, un hombre alto de delantal blanco entro en la habitación, deje de abrazar a mi pequeña y bajé de su cama.

-¿Cómo te sientes, Rominna? –ella solo se limitó a mover su cabeza hacia ambos lados. -¿Mas o menos?

-Un poco mareada –respondió.

-Es normal, recuéstate para poder examinarte.

Tras unos minutos, el medico termino de examinar a mi pequeña.

A través del dolor {Segunda temporada de "Cumplir un sueño, y ¿algo más?"}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora