Capitulo XXVIII: Un regalo especial

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Mi pregunta es: ¿Para que tanto éxamen, pruebas, o como se le diga?, me siento perfectamente bien y esto no ha de ser por una "recaída", es... normal en estos casos. No tengo nada grave, el médico solo estaá exagerando.

Iba tan entretenida en mis cavilaciones, que no me di ni cuenta en que momento subí al auto de Avi, y ahora ya estábamos frente a al edificio. El motor del auto ya se había detenido quien sabe hace cuanto rato, y él solo se limitaba a mirarme con una expresión preocupada, esa típica mirada que ponía cuando intentaba analizarme y averiguar que pasaba por mi cabeza.

Nuestras miradas se cruzaron y no puede evitar preguntarle de forma irónica;

-¿Acaso tengo monos en la cara? -dije elevando una ceja.

-No -respondió él-, es solo que llevas diez minutos mirando al vació poniendo expresiones... raras.

De inmediato, mis mejillas se encendieron adoptando un tono escarlata intenso. Digamos que a mi no se me daba muy bien el papel de chica ruda.

-¿En que piensas tanto? -pregunto Avi mirándome a los ojos, mis mejillas seguían ardiendo al igual que mis orejas. -Princesa, dime que está ocurriendo contigo.

Aquello ultimo no había sido una pregunta, había sido casi como una exigencia. Su voz sonaba grave, con ese tono que te hace decir la verdad aunque no quieras.

-Solo estoy cansada -mentí. Aquel tono de voz no funcionaba del todo conmigo, al principio sí, pero ahora ya no tanto. -¿Podemos solo subir y descansar? Me duele un poco la cabeza.

Pude sentir la mirada de Avi recorriendo por completo, como si sus ojos pudieran leer cada parte de mi. Finalmente no dijo nada y salio del auto, lo rodeo con rapidez y abrió mi puerta para dejarme salir también.

Pasado unos minutos, ya estaba descansando mi "maltratado" cuerpo sobre la suave y mullida cama que compartía con él. Avi se recostó a mi lado, sabia que no necesitaba mirarle para saber la forma en que me miraba.

-¿Qué tal si dormimos un rato? -dije girándome sobre la cama la mirarlo a sus preocupados ojos verdes.

-¿No vas a decirme nada? -cerré mis ojos con cansancio.

-Te prometo contarte todo, pero si duermes conmigo un rato.

Avi poso sus ojos en los mios por un momento, para luego dejar escapar una de sus hermosas sonrisas.

-Por favor -dije haciendo un puchero.

-Está bien -respondió luego de unos segundos. 

Se acerco a mi en la cama, paso su brazo por mi espalda atrayéndome a él. Besó mi frente y me acomodo en su pecho, ambos cerramos los ojos y nos quedamos dormidos a los pocos segundos.

***

Con cuidado saque mis zapatillas que se habían metido bajo la cama, en silencio me las calzé y salí de la habitación haciendo el menor ruido posible. Dejando a un durmiente Avi metido entre las sabanas de la cama. Le mire por ultima vez y me fui de allí.

***

-¿Rosas o azules?

Me quede un momento mirando aquellos dos pequeños paquetes sobre el mostrador.

-Aun no lo sé -admití mirándola dudosa.

-Oh no hay problema, ¿que tal unos blancos? Sirven para los casos. 

Tras un segundo de duda, asentí. La chica me dedico una sonrisa y salio detrás del mostrador, dejándome sola. Momentos después, ella volvía con una pequeño paquetito trasparente y con bordes blancos.

-¿Puedo verlos? -pregunte y ella me entregó el paquete en las manos.

Lo examine detenidamente, mirando con atención su contenido con una mezcla de ternura y felicidad.

-Los llevaré.

-Ven acompañame -dijo la chica y me guio por la tienda hacia el lugar en donde se encontraban las cajas para pagar.

Cinco minutos después salia de la tienda cargando un pequeño paquete arreglado en forma de regalo.

Camine por las calles en dirección al auto de Avi. Antes de salir de casa tomé las llaves de su auto, ya que el mio estaba en reparaciones. Un pequeño desperfecto había ocurrido la semana pasada.

Pase por delante de una pastelería, y no pude resistirme en comprarme un par de dulces para endulzar el día, ¡ah! y para llevarle a Avi una pequeña dosis de azúcar.

Salí de allí con otro paquete lleno de cosas dulces.

Apreté el paso para llegar lo más luego posible al auto y no gastar un dolar más.

Con rapidez desactive la alarma del auto, una vez que estuve lo suficientemente cerca. Meti las cosas en el asiento trasero, que ya no eran dos paquetes, sino tres. Ofertas en mi tienda favorita ameritaba unos dolares más.

Subí al auto, encendí el motor y arranque en dirección al apartamento. 

Mi celular no dejaba de sonar, mostrando una foto de Avi parpadeando en la pantalla. Llevaba cinco llamadas perdidas de él, pero ya estaba tan cerca que no era necesario contestar, ¿o si? Las sorpresas no se divulgan por ahí.

Aparqué el auto en lugar de siempre, baje son antes sacar mis compras del asiento trasero. Tres minutos más tarde ponía la llave en la cerradura de apartamento, abriendo la puerta con algo de dificultad.

No pasóun segundo desde que logre abrir la puerta cuando la figura de Avi apareció frente a mi como por arte de magia.

-¡Dios! que susto -dije casi dejando caer mi bolsa de Zara.

-¿Donde estabas? Te he llamado toda la tarde. Desperté y ya no estabas, pensé que te podía haber pasado algo. ¿Por qué no contestabas? ¿Estás bien? 

Avi dijo todo eso en un tiempo demasiado rápido para que mi cerebro alcanzara a captar solo las dos ultimas preguntas.

-Estoy bien...-Avi quito todos los paquetes de mis manos.

-¿De verdad estás bien? -dijo tomando mi cara entre sus manos examinando cada centímetro de mi.

-Estoy bien, amor -dije soltándome de él, dándole un abrazo y un fugaz beso en sus labios. -Te traje una sorpresa.

-¿Los dulces?

-¿Qué? Oh, no. Es otra cosa.

Me aleje de el y tome el paquete arreglado como un regalo.

-Toma, ábrelo.

Avi me miro un segundo y tomo el regalo con curiosidad. Su primer instinto fue mover el paquete para saber que contenía. Nada se movió.

Se dejo caer sobre el sofá junto a mi bolsa de Zara y los dulces. Puso el paquete sobre sus rodillas y quito el papel que lo envolvía.

Su expresión se volvió extrañada al ver lo que contenía el regalo.

-¿Unos zapatos de bebé?

A través del dolor {Segunda temporada de "Cumplir un sueño, y ¿algo más?"}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora