Capítulo XXI: A mi lado

283 31 4
                                    

La puerta principal se abrió de golpe, haciéndome sobresaltar y despegar mi mirada de Avi.

Kevin acababa de entrar en el apartamento seguido por Victoria. Luego de poder contactarme con emergencias, fue al primero que llame, bueno en realidad el primero que contesto.

-¡Demonios! ¿¡Qué ha pasado!? –el morocho se dejó caer de rodillas junto a Avi, que a cortos momentos perdía la conciencia. A cada minuto perdía más y más sangre, debilitándolo de a poco. -¿Has llamado a emergencias?

-¡Sí! Ya vienen en camino.

-Es tan tardando demasiado, Rominna.

-¡Lo sé, Kev! –yo no era más que un atado de nervios que se esforzaba por mantener la calma.

-Rominna… Rominna… -Avi murmuraba entre dientes mi nombre.

-Tranquilo bebé, todo estará bien –Dije acariciando su mejilla tratando de tranquilizarlo. Él intentaba enfocar su vista para verme pero no lo lograba, sus ojos se cerraban pesadamente cada vez que lo intentaba. Su brazo seguía sangrando como si no hubiera un mañana. –Necesitamos sacarlo de aquí, Kev.

Kevin asintió de inmediato, y con cuidado intentamos a levantar a Avi con la ayuda de Victoria. Solo alcanzamos avanzar unos cuantos pasos cuando oímos un alboroto en el pasillo.

Tres paramédicos entraron en el apartamento bastante agitados. Con rapidez tomaron a Avi y lo recostaron en una camilla que traían, uno de ellos examinaba su herida, mientras otro le inyectaba algo en el brazo contrario.

Kevin me abrazaba y también a Victoria mientras los paramédicos hacían su trabajo, no podía apartar la mirada de él, ni siquiera por un segundo. Sus ojitos intentaban buscarme, pero no lo lograban, me partía el corazón verlo así.

***

-¿Quieres un café? –Scott me saco de mis pensamientos ofreciéndome un café de la máquina de la sala de espera.

-Gracias –acepté el café sonriendo de medio lado. Los ojos me pesaban de sobremanera, la cabeza me dolía y la espalda también, no había dormido en toda la noche.

-¿Cómo estás? –me pregunto el rubio.

-Bien… cansada pero bien –intente sonreírle sin mucho éxito.

-Podrías ir a descansar y luego volver…

-No puedo, el oficial de policía dijo que vendría hoy en la mañana… -suspiré. –Tengo que estar aquí.

-¿Por Jessica?

-Todo es por Jessica, todo Scott.

-Sí, lo sé –rio como reprochándose internamente por lo que había preguntado, todo esto era culpa de la rubia de ojos turquesa.

-Hey, chicos –una tercera voz nos interrumpió. Kirstie acababa de entrar en la habitación un tanto despeinada por la prisa que traía.

-Kirstie –me levante de mi asiento para darle un pequeño abrazo a la chica.

-¿Cómo estás? –pregunto dándole un beso en la mejilla a Scott a modo de saludo pero mirandome a mí.

-Normal –el rubio me echo una corta mirada y volvió a mirar a su amiga.

-¿Y Avi? ¿Cómo está?

-Bien… está dormido en estos momentos. Necesita descansar.

-¿Y el doctor que ha dicho?

-Dijo que había perdido mucha sangre, pero la bala no toco ni hueso ni nada de eso, estará bien.

-Gracias a Dios. –sonrió acomodando su cabello rubio. –Toma, te traje esto. –Kirstie metió la mano en su bolso, saco un sweater y me lo tendió. –Debes cambiarte eso –apuntó a mi polera salpicada  con unas pequeñas gotitas rojizas. Sangre.

-Gracias –dije tomándolo.

Me levante de mi asiento y me dirigí al baño de mujeres que estaba a un par de puertas por el pasillo.

Luego de unos minutos salí llevando el sweater café de Kirstie.

En la sala de espera ahora estaba Kevin y Mitch, los cuatro me observaban caminar hasta ellos.

***

-¿Señorita Cox? –una mujer media regordeta me llamaba tras el mostrador de donde trabajaba “administrando” el lugar. Me levante de mi asiento casi corriendo, la mujer venía desde la habitación de Avi.

-¿Sí? ¿Ocurre algo?                                                           

-El Joven Kaplan quiere verla –al oír esas palabras pareció que una energía se liberó dentro de mí, haciéndome sonreír. –Sígame.

Ambas caminamos por el pasillo hasta llegar a su habitación. Una vez fuera de su puerta, la mujer la abrió invitándome a pasar con una seña. Espero a yo entrara para cerrar la puerta e irse.

-¡Avi! –me acerque a la cama donde él descansaba. Se veía pálido, más pálido de lo normal.

-Princesa… -dijo con un hilo de voz. Con dificultad estiro su brazo que no estaba herido y me abrazó, mientras yo también lo abrazaba dejando mi cabeza apoyada en su pecho.

Me quede unos minutos abrazándolo sin decirle nada, solo escuchando su corazón latir dentro de su pecho.

-¿Estas bien? –pregunte mirándolo a los ojos.

-Estoy vivo –me sonrió con sus ojitos cansados. Estaba débil, pero estaba vivo y estaba conmigo.

A pesar de lo débil que se encontraba, su sonrisa y el brillo de sus ojos no había cambiado, estaban allí queriendo ser opacados por el cansancio, pero ellos eran más fuertes que todo.

-Te amo princesa, no voy a dejarte sola nunca más. –Lo miré una vez más a sus intensos ojos verdes, cansados y un poco hinchados seguían pareciéndome los más hermosos que alguna vez hubiera conocido. Para mí eran perfectos.

-Yo también te amo, Avi. Te amo más de lo que imaginas –Él sonrió a pesar de todo, volvió a pasar su brazo por mi espalda para atraerme hacia a él y abrazarme.

***

-¿Hasta cuándo estaré aquí?

-Solo dos días más.

-¿¡Dos días!? –Avi pasó su mano por su cara y por su cabello en señal de no creer lo que acababa de decirle.

-No seas exagerado, Avi.

-No lo soy.

-Sí, si lo eres. Ya deja de quejarte como un bebé.

-Pero princesa…

-Nada de peros señor Kaplan, usted debe recuperarse del todo antes de salir de este hospital. –dije imitando a la enfermera que estaba a cargo de esta sección del hospital logrando que él riera por mi todo de voz.

-Solo lo haré si te quedas a mi lado. –ladee mi cabeza mirándolo  con ternura dejando escapar una sonrisa que se transformó en una pequeña risa, de esas que te hacen dar cuenta de cuan enamorada estás, de lo loca que me había vuelto estaba por él.

Si les soy sincera, nunca pensé llegar a vivir todo esto. Cosas como estás solo pasan en mi mente mientras veía sus vídeos hace casi un año atrás. Mi vida había dado un giro en 360° desde que gane aquel concurso, nunca en mi vida había pasado por mi mente que llegaría a este momento. Tenerlo enfrente, abrazarlo, besarlo, sentirlo completamente mío, era una sensación que ni yo podía explicar ni con todas las palabras del mundo, me faltaría vocabulario y tiempo para dar solo una idea de lo que estaba sintiendo en ese momento.

Habíamos pasado tantas cosas en tan solo unos meses, desde conocernos ese día en el aeropuerto cuando mi primera impresión fue ser una chica completamente torpe, luego pasar a ser su novia, su todo, la mujer que él amaba y que por cosas del destino llevábamos grabado en la piel el dolor de la perdida más grande de nuestras vidas, nuestra pequeña Sophie que ahora nos cuidaba desde algún lugar del cielo, nuestro angelito. Y verme ahora, junto a él, superando todo lo malo que nos había tocado vivir, haciendo planes para un futuro, viviendo nuestro amor como dos adolescentes. Esto era realmente hermoso.

A través del dolor {Segunda temporada de "Cumplir un sueño, y ¿algo más?"}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora