ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ᴄᴀsɪ áɴɢᴇʟᴇs]

Capítulo quince

¡Años hace que se conocen y todavía no aprendieron nada! ¡No hay secretos en esta gran familia!

Cada vez que quieren guardar un secreto, se enteran todos de alguna manera...

De alguna manera, o por las bólidas: Caridad o Malvina.

*Flashback, hace unos instantes, en casa Pérez Alzamendi - Acuesta*

Caridad estaba hablando por teléfono con sus amigas mientras se levantó del suelo para ir a controlar la comida que estaba cocinando.

La Paisa se dirigió a la cocina, pensando que estaba sola en la casa, y mientras Mar contaba exclamó con fuerza:

C - ¿¡Te empalomaste con Rama!?

Lo que nuestra dulce Charity no sabía era que, detrás de la puerta de la cocina, donde está el living, estaba Nacho hablando con Thiago por teléfono.

Nachito se hizo el sota pensando que su amigo no había escuchado nada, pero a Bedoya Agüero no se le escapa ningún detalle: habia escuchado y entendido todo lo que había vociferado la mujer de su amigo, confirmando su teoría.

*Fin del flashback*

¿Ven? No es sólo la mentira lo que tiene patas cortas. El secreto está a una palabra de salir a relucir, las sombras están a un botón de iluminarse.

En otras noticias, Thiago está enfurecido. Lo disimula bastante bien, solamente para poder llevar a cabo su plan tranquilamente.

Se estarán preguntando, ¿qué plan? Nuestra Llave Elegida planeaba separar a Sensibilidad e Intuición a toda costa. ¿Cómo? Orquestando una serie de infortunios que hagan que Mar deje a Rama incluso antes de empezar. ¿Y si eso no funciona rápido? Hacerle la vida imposible a la Petisa y al Dubitativo, de manera que no tengan un día feliz, y así logren separarse.

Esa era su razón de vivir hoy en día: separar a Mar y Rama.

Pensamos que el tiempo iba a cuidar a ese Thiago que conocemos y amamos, pero al final
el tiempo fue el que lo destruyó.
No queda nada de aquél perno dulce y enamorado, ese Thiago murió.

Se había convertido en un ser reencoroso, lleno de odio. Un ser manipulador, posesivo y vengativo.

¿Culpa? Poca.

¿Amor? ¿Posesión? ¿Un poco de las dos? ¿O ningúna?

Ni siquiera su amigo Nacho lo reconoce. Un ser humano como Pérez Alzamendi, que ha cruzado los límites de lo inescrupuloso mas de una vez, se sorprende al escuchar lo oscuro que se está volviendo su amigo. Y por más que intenta regresarlo a la luz, no puede: esa luz se apagó para siempre.