A todo galope llegó Clark mientras que Mary Jean estaba cambiando a Missie bañando a Missie en la cocina.
-¡Señorita Claridge! – Gritó desde la entrada.
-En la cocina señor Davis.
-Tiene que prepararse inmediatamente- dijo entrando ruidosamente a la cocina.
-¿Para qué? ahora estoy bañando a la bebe, por favor cierre la puerta que me hace correntada.
-Deje, yo la seco, usted vaya a preparar sus maletas.
-¿Mis maletas? Y ¿A dónde nos vamos?
-Usted- dijo Clark marcando cada silaba- se vuelve a su casa. Y me acabo de enterar que la diligencia sale mañana a la mañana desde Incline Village, si salimos al medio día podemos llegar….
-¿Y qué le hace pensar que me voy a ir?- la ira se apoderó de Mary Jean- No me habla jamás más que para decir buenos días señorita Claridge, buenas noches señorita Claridge, ¿cómo esta Missie señorita Claridge?, podríamos por lo menos ser amigos pero no, el señor Davis decidió ser la reina de hielo, estoy acá para ayudarlo pero por lo visto no lo entiende y prefiere tratarme mal haciéndome sentir peor de lo que me siento. Le recuerdo que no es el único que perdió a un ser querido, yo perdí a mi mejor amiga y Holly a la que decidió ignorar por completo perdió a la que consideraba su hermana.
Dejó todo lo que estaba haciendo y le entregó a Missie desnuda y completamente mojada a un Clark muy confundido. Subió las escaleras a se encerró en su habitación.
Para cuando Holly llegó de la escuela la cena estaba quemada, Missie lloraba a todo pulmón y la puerta de la habitación estaba con llave.
-¿Qué le hiciste a la pobre Mary Jean?
-¿YO? No, no y no me niego a ser responsable por esto. Le di la posibilidad de volver a su casa, a leer y bordar y perder su tiempo, y así me paga.
-¿Volver a su casa? No conoces a Mary, no va a volver, o por lo menos, no por ahora. No es tu empleada y vos la estas tratando peor a los peones de la granja. Jamás le das un gracias. ¿Sabías que ella es maestra de música? ¿Que en su tiempo libre hace más que leer y bordar?, su familia tiene una gran tienda de la que ella junto con su papá se hace cargo, atiende a proveedores a clientes y además da clase de etiqueta a niñas ricas. Pero dejó todo eso por Sarah, por Missie y por mí, y vos…vos la estas denigrando, ni siquiera te interesas en si está bien, el otro día se cayó del caballo cuando fue al pueblo por que vos te olvidaste de comprar lo que ella te pidió que por cierto no era para ella como vos creíste, la tela era para Missie. Además de hacer las cosas de la casa está enseñándome mucho, tal vez podré algún día ser una señorita.
-¡Basta!, ya entendí ¿sí?, igual ella está un poco susceptible.
-Será que le preocupa su reputación.
-¿Qué tiene que ver su reputación con todo esto?
-Se nota que no vas mucho al pueblo…o que no conversas con nadie… ¿Qué te crees que están diciendo de ella las “señoras del pueblo”? Una mujer soltera que se hace cargo de un bebé que no es propio y vive bajo el mismo techo que un viudo…
El semblante de Clark decayó, no tomó en cuenta nada de todo lo que estaba diciéndole Holly, no se había tomado el tiempo ni siquiera de hablar con Mary Jean, de conocerla un poco, mucho menos de darle las gracias. En el interior se daba cuenta de que sin ella no podía hacer todo, pero era bastante orgulloso. Estaba tan encerrado en su dolor que no pensó que todos en la casa habían perdido a alguien querido. También tuvo que admitir que estaba un poco celoso de que Sarah hubiera confiado en ella y no en él, que jamás le hubiera mencionado la promesa que le había hecho. Había actuado como un troglodita y la verdad es que necesitaba de ella. Iba a tener que dejar a un lado su orgullo y poner manos a la obra.
La mañana siguiente llegó demasiado rápido para Mary Jean, dormirse llorando no es exactamente un sueño reparador de belleza. Y despertarse así de sobresaltada tampoco lo era.
-Mary Jean despierta por favor.
-Ya voy, un ratito más por favor, y te preparo el desayuno.
-No Mary jean, todavía no amaneció no quiero el desayuno pero te necesito. Algo le pasa a Clark por favor.
-Si se encerró otra vez su habitación o en el granero no es mi problema. –dijo con la cabeza enterrada en la almohada.
-Clark está delirando, creo que tiene fiebre, tengo miedo que está enfermo.
Mary Jean se levantó de un salto y entró en la habitación donde Clark estaba tendido boca arriba en su cama aún vestido con la cara llena de sudor.
-Holly trae agua fresca y un paño.
-¿Va a estar bien Mary Jean?- preguntaba Holly llorando.
-Sí, tranquila Holly todo va a estar bien.
-Lo mismo dijiste de Sarah.
-Es diferente, debe estar engripado y no dijo nada. El cansancio y la fiebre no lo ayuda en nada. Necesito que qué después que traigas el agua tomes el caballo y vayas a la casa de los Heigls para que busquen al médico.
-Pero es de noche.
-Y por eso vas a correr muy rápido y no vas a frenar por nada hasta que llegues. Todo va a estar bien Holly pero necesito que te apures.
Mientras Holly traía las cosas Mary Jean se aseguró que Missie estuviera dormida, y rápidamente comenzó a poner paños fríos en la frente de Clark mientras Holly iba a toda marcha a la casa de sus vecinos.
-Por favor Clark, no te vayas necesito que te quedes.
-Sarah…Sarah
-Soy Mary Jean, no Sarah.
-Perdón…perdón. Debí cuidarte- decía entre susurros Clark- No me dejes… por favor no me dejes no sé qué hacer.
-Tranquilo, yo estoy aquí.
-Necesito tu ayuda, perdón….
-Shh silencio descansa.
-Necesito que me escuches, perdón no sé cómo pedirte perdón.
-Sarah no tenía nada que perdonarte.
-No… Sarah…no….- y en ese momento se desmayó.
A la hora llegaron Robert y el doctor Smith que después de un rato con Clark bajó a la cocina donde esperaba Holly con Missie en brazos, Robert y Mary Jean daban vuelta en la cocina a punto de dejar una zanja.
-Quédense tranquilos Clark está bien, solo está cansado necesita descansar por unos días. Sé que falta poco para la cosecha pero va a necesitas para unos días.
-¿Algún cuidado especial?- preguntó Mary Jean.
-Solo alimentarse bien, descansar y tomar mucho líquido. Mañana trataré de pasar de camino cuando vaya a la casa de la señora Dolitte, está a punto de dar a luz.
-Gracias doctor. No sé cómo pagarle, disculpe la hora.
-No hay problema señorita…
-Claridge, pero dígame Mary Jean.
Se estrecharon las manos y salieron.
A las pocas horas Clark despertó y vio a Mary Jean dormida en la mecedora al lado de la ventana.
No llegó a comprender bien lo que pasaba pero se sentía mal y le dolía todo el cuerpo. Pensó que a ella debería dolerle más al pasar la noche allí.
Se intentó reincorporar pero no pudo. Decidió quedarse un rato más y se quedó dormido viendo como el reflejo del amanecer le daba un brillo especial a los finos rasgos de Mary Jean, la cual jamás se vio tan bella…claro estaba dormida y callada. Lo cual lo hizo sonreir.

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LOVE BEGINS
RomansaMary Jean viaja a ver a su mejor amiga que esta a punto de dar a luz a finales del siglo XIX en el lejano oeste en Estados Unidos sin saber que allí descubrirá el amor, el significado de la palabra familia y unas cuantas aventuras inesperadas.