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Cerró con algo de fuerza la puerta de aquel viejo escarabajo que había sido su auto desde hace unos meses, arrojó al asiento del copiloto aquel folder de información con el mismo sentimiento

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Cerró con algo de fuerza la puerta de aquel viejo escarabajo que había sido su auto desde hace unos meses, arrojó al asiento del copiloto aquel folder de información con el mismo sentimiento. Para después colocar sus manos en el volante y después así recargar la frente con un poco de frustración en todo aquello.

Y es que simplemente no podía creer lo que estaba pasando, era como una jugada del destino muy enorme y para nada buena. Justo cuando, al fin había conseguido aquello que tanto había soñado, aquello que lo haría muy feliz y que le llenaría de felicidad, tenía como siempre que pasarle algo malo.

No era un secreto para nadie que él ansiaba ser padre, y que por ello había buscado en el supuesto, la mejor clínica de fertilidad en todo Seúl. Todo había sido tan perfecto hasta hace tan sólo menos de cinco minutos luego de que aquel médico llamado Kim SeokJin le diera la noticia que menos quería escuchar.

¿Cómo era que siquiera había pasado?

La clínica de aquel noble llamado Kim SeokJin era las más reconocida por su taza alta en éxito de embarazos por inseminación artificial, eso era lo que JungKook había leído desde hacía unos meses atrás cuando al fin decidió que era tiempo de tener a su propio hijo.

Hacia dos semanas atrás habían inseminado en él la prueba correspondiente y ahora, estaba en aquel lugar para ver si era compatible ese ADN y había podido estar embarazado finalmente.

Sentía los nervios a flor de piel, las manos sudorosas y ese miedo al fracaso en la inseminación que podía haber hasta que no estuviera seguro de que había en él un nuevo ser. Miraba el reloj en la pared de aquella moderna sala de espera, sintiendo como cada segundo parecía ser tan lento.

—Jeon JungKook—escuchó su nombre viniendo de aquel aclamado médico, levantándose de inmediato de su lugar—. Venga por favor.

Se levantó lo más rápido que sus piernas le permitieron, siguiendo al hombre hasta la habitación del consultorio. Sentándose donde ya sabía que debía y esperando en un silencio muy incomodo para él, que no hacía más que incrementar el nerviosismo que tenía desde que había pisado aquel lugar.

Y aquel médico, parecía muy tranquilo leyendo su historial que llevaba en aquel lugar, o eso le pareció hasta que su rostro se contracturó en una expresión que JungKook no supo con exactitud si era de molestia o preocupación, probablemente era ambas. El médico se enderezó en su asiento de cuero, tratando de destensar sus notoria incomodidad a lo que fuera que le iba a decir.

—Bueno, señor JungKook—habló despacio, como si midiera todas las palabras que estaba diciendo con cautela—. Hay algo que es muy seguro en estos momentos.

— ¿Sucede algo con el éxito de mi embarazo? —el hombre negó con rapidez—. ¿Entonces qué ha sucedido?

—No, la inseminación ha sido todo un éxito, usted está ahora mismo en estado de gravidez—JungKook sonrió con alegría ante aquello, mientras llevaba una de sus manos al plano y firme vientre que aún tenía—. Y ha sido demasiado rápido, si me deja decirlo. Pero el problema no es ese, el problema, es que ha habido un error en el proceso.

Inattendu ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora