23.Alex ¿Dónde estás?

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Punto de vista Nathaniel*

Me levantó el movimiento de un delicado brazo sobre mi pecho.Entonces la vi. Aún dormía y lucía tan indefensa, tan hermosa.

Tomé el celular de la mesita de noche, marcaba las 7:45 am, era muy temprano para levantar a Alex, así que utilicé mi don de sigilo y salí de la cama. Eché un último vistazo a aquella muñeca de porcelana antes de dirigirme a la cocina.

Lo poco o mucho que conozco a Alex, sé que adora desayunar pan tostado, mantequilla de maní y café. Mientras el sonido de la cafetera aumentaba poco a poco, unas manos me tomaron por la espalda envolviéndome en un abrazo. Sin dudarlo las tomé y giré lentamente disfrutando al máximo aquel contacto con la piel desnuda de mi pecho.

-Buenos días dormilona - susurré en su oído, nuestros labios se juntaron en un beso que poco a poco fue aumentando hasta llegar a la barrita de mármol. Sin detener ni un segundo el beso, Alex colocó ambos brazos sobre mi cuello, el pequeño espacio que quedaba entre nosotros cada vez era menor a tal punto que mi erección logró tocarla. Ella emitió un pequeño gemido mientras se pegaba más a él, 3...2...1, Alex se encontraba encima de la barra con las piernas entreabiertas. Mis manos aferrándose a su cintura, sus manos aferrándose a mi espalda dándome paso para poder recorrer su cuello hasta sus clavículas, deteniéndome en el centro antes de abrir los botones de mi camisa que estaba utilizando ella. Con cuidado abrí los primeros 3 botones, puse mis manos en sus pechos y comencé a masajearlos, mientras la erección crecía cada vez más cerca de ella. El sonido de la cafetera nos devolvió a la tierra, apagué aquella maquina arruina momentos y serví 2 tazas.

-Buenos días Nathan...-finalizó con un susurró.

Sonreí ante la mención de mi sólo nombre.

-¿Sólo Nathan? -Me hice el ofendido- ¡Señorita! ¡Soy su profesor!

-No ahora mismo.- sus pies colgaban tiernamente de la barrita en la que se encontraba aún.

-Usted está...m... digamos que... castigada.

-¿CASTIGADA?- abrió más sus ya enormes ojos azules en señal de sorpresa.

- C-A-S-T-I-G-A-D-A. Señorita Mcguire. -Mencioné mientras terminaba de poner el desayuno en la mesa. Me dirigí hacia ella y la baje de la barra dándole un beso en la frente. - Anda ven a desayunar.- Moví la silla para ella y después una para mí.

Alex tomó una tostada, la devolvió al plato y se levantó dirigiéndose hacia mi(vaya que siempre que hacia algo como eso me sorprendía) Abriendo sus piernas subió a mi regazo.

-¿Muy castigada profesor Nathan?

-Alex...anda, come- dejé escapar una sonrisa, misma que ella me devolvió.

Alex Point of View*

¡Santos patos de hule! Deberían ser más frecuentes los eclipses... Es decir, no sé que es más extraño... salir con tu profesor o que tu profesor sea un alienígena, aunque después tenemos una tercera opción que consta en ambas dos.

Desde que el profesor me había contado la verdad, la confianza que había entre nosotros había aumentado, aunque no para contarle a Santi, es mi mejor amigo y lo aprecio demasiado, pero iba a ser una historia algo, o mucho, muy difícil de creer, además del hecho que no quería ilusionarme.

*Me encontraba en un hermoso acantilado en Virginia, usando un hermoso y largo vestido negro.

-¡ALEEEEEEEEEEX! ¡ALEX! - escuchaba a Nathaniel  gritar, pero no lo veía.-¿QUÉ LE HAS HECHO? No a ella...No... ¡ALEX!

Un hombre asiático de ojos amarillos me sonrío mientras sostenía una enorme daga cerca de mi pecho .

A marte ¿o no? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora