22.El eclipse

21 2 0
                                    

Habían anunciado un eclipse lunar así que hice planes: salir a la azotea a presenciarlo.

Esa noche subí con algunos bocadillos y mis lentes especiales, el profesor misteriosamente no había ido a clases, tampoco lo había visto rondar por el edificio.
La luna lucia fenomenal y marte estaba cerca, era increíble , podía sentir una energía dentro de ellas.

El refresco se había terminado así que decidí bajar por más. Pasando cerca de la puerta de mi profesor escuche murmullos, ¿será? ó ¿será su eco? No importa, no debo demorarme. Entre a toda pastilla por un refresco y más bocadillos. Al salir de mi apartamento logré captar bajo aquella puerta una luz increíblemente blanquecina. De alguna manera me sentía atraía a aquella luz.
Un quejido me confirmó que él estaba dentro, así que llame a su puerta...1...2...
-Livy , esta pasando otra vez, necesito que...-su mirada chocó con la mía y sus ojos, eran de un inexplicable color escarlata , sus manos, resplandecían con una extraña luz, al igual que él.
-¿Qu-é... carajos?!- quise gritar y sólo un susurro salió de mi.
-Alex...-fue todo lo que dijo al ver mi nula expresión .
Ambos nos observamos unos momentos cuando fuimos interrumpidos por una chica alta rubia que vestía una pijama y un moño alto.
-Nathan, necesito conseguir un par de piezas más, respecto a eso-señaló la luz que emanaba de él.Entró al apartamento y se giró-¿tienes sal y hielos? -cuando hubo notado mi presencia se quedó con cara de poker- Ups...
-Alex, yo... puedo explicarlo...
-¿Qué...qué  eres?- me acerqué a él y no pude evitar tocar su mano, esa luz me llamaba. Su mano y mi mano conectaban como un imán. Era una sensación única. La luz comenzó a parpadear hasta apagarse.
-Creo...que no necesitaremos la sal y el hielo...-dijo la rubia.
Estábamos en esa pequeña burbuja nuestra dónde no había espacio para nada más. Aparentemente Livy se percató de ello.
-Volveré luego, iré a conseguir lo que me falta. Nos vemos!

El apartamento quedó mudo a excepción de nuestras respiraciones.
-¿Qué eres?- pregunté una vez más.
-Pasa. - mientras el servía café, quedamos frente a frente en la lujosa sala.- Soy lo que tu llamarías un "E.T"
-Dijiste que no existían. Demandé.
-Yo no lo negué, sólo que jamás lo confirmé.
-¿entonces no eres profesor?
-¿Realmente quieres saberlo?
-Quiero saber incluso que haces aquí.





A marte ¿o no? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora