Sonreí viendo como Camila se acercaba a mi. En estos días, cuando salía de trabajar, la iba a buscar a la salida de clases, para ir juntas hasta casa.
Lo habíamos hecho una costumbre, y es maravilloso poder estar a su lado.
-¿Cómo estás, Camz? -sonrió.-
-Estoy bien Lolo, ¿y tú? ¿hoy has salido antes, no? -asentí.-
-Si, Alejandro me dijo que ya estaba por hoy. Al parecer, va a ver tormenta. -miramos al cielo, cuando de repente, empezó a llover.-
Corrimos, mientras nos reímos hacia una de las cabañas de la playa.
Me quité la chaqueta negra y se la tendí sobre sus hombros.
-Gracias... -sonrío tímidamente.-
-De nada... -miré hacía el mar. -Vaya, está bastante fuerte.-
-Si... -nos miramos mientras nos abrazábamos calidamente.-
Se escuchaban varios truenos.
-Todo podría haber sido tan distinto... -susurró. Deshicimos el abrazo poco a poco...-
-Fue duro, cuando nos esteramos que íbamos a ser hermanas. ¿Sabes? El no poder estar cerca de ti, ha sido el dolor más grande, que haya podido sentir en mi vida. Y no me arrepiento. No me arrepiento lo que paso entre nosotras. Por que también lo que vivimos en ese beso, ese día, fue la alegría más inmensa, que le hayas podido regalar a mi corazón. Fue algo que creía que no existía. Después de todo lo que he vivido.
-Sentí tanta rabia ese día...
-Cuando nos dijeron que íbamos hacer hermanas, que tú eras mi hermana, me desgarró por completo. Sinu y Alejandro no sabían. Pero en ese momento, yo sentí que se me venía el mundo encima. ¿Por qué sabes qué, Camila? -acaricié su mejilla con las yemas de mis dedos. -Hay algo que me pasa contigo... Tienes algo tan grande, que cuando me acerco a ti, siento que se me estremece todo el cuerpo, como ahora... -di un dulce beso en su frente.-
-No podemos... No vamos a poder... ¿Qué vamos hacer...?
-No lo sé... Aprender a vivir con esto sin hacernos daño. Al mirarnos, sin desearnos. A tocarnos, sin temblar... -me separé de ella. -No lo sé...-
-Eso es lo que yo trato de hacer. Pero no puedo...
-Yo tengo miedo y culpa... Por que ellos se han comportado conmigo, como jamás se ha comportado nadie. Me han hecho sentir su inmenso amor hacia mi. Pero no puedo evitar sentir lo que siento cada vez que te veo.
-No quiero que la tormenta se acabe, Lauren... -nos abrazamos de nuevo calidamente.-
-¿Qué quieres que hagamos? ¿Qué hacemos...?
-Quiero despertar... Quiero despertar y que todo haya sido una pesadilla. -besó mi mejilla, mientras que me acariciaba suavemente la otra. -Y quiero verte sonreír... Y quiero que me digas que no vamos hacer hermanas... Y que esta tormenta no va a terminar...
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Estaba en mi cuarto leyendo, cuando tocaron la puerta.
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Sonreí viendo a Mercedes.
-¡Hola, mi niña! -dijo sonriendo mientras me besaba la mejilla, y nos abrazábamos. -¿Cómo estás?
-Estoy bien, ¿y tú? -sonreímos.-
-Estoy muy bien. Solo quería verte, y saber como estabas... -sonreí.-
-Alejandro y Sinu, bueno toda la familia, me tratan como si fuera de ella. Y están pendientes de mi. Me siento bastante cómoda.
-Me alegra escuchar eso, cariño. Eres parte de la familia. -acarició mi mejilla. -¿Y Kaki? Fui a su habitación, pero no la encontré.-
-Salió con Shawn.
-Ese muchacho, la quiere mucho. Es muy buen chico. -asentí.-
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Entre en la cocina, y vi a Camila y a Shawn.
-Hola, Lauren. -dijo el sonriente. -¿Qué tal?
-Bien. ¿Tú?
-¡Muy bien! -volvió a sonreír.-
-¡Voy un momentito a mi cuarto, ahora vuelvo! -dijo Camila.-
Lo miré, mientras sonreía el, viendo a Camila irse.
Después de unos segundos en silencio, donde yo bebía un poco de jugo, habló.
-Lauren... Te quería preguntar, si, ¿tienes algo en contra de mi...? Si irrespeté tu casa, o si algo te molestó de mi, te pido disculpas. -fruncí el ceño, y después suspiré.-
-Tranquilo, Shawn. Soy yo, la que te tengo que pedir disculpas por mi comportamiento.
-Entiendo que no confíes en mi. -asintió. -Si te hace estar más tranquila, quiero decirte que la quiero. Es mi mejor amiga, y nos conocemos desde que eramos unos renacuajos... -sonrió. -Voy a irme ya... Ya es de noche, y no quiero llegar tarde a mi casa. Buenas noches, Lauren. Dile a Mila, que me fui para casa. Mañana la veo. -asentí, mientras lo veía irse.-
-¡Shawn! ¿Qué tal si... -Camila llegó a la cocina, pero su frase no terminó. -¿Dónde está Shawn? ¿Ya se fue? -preguntó viéndome.-
-Si, acaba de irse.
-Vaya... Estaba preparando una película en mi habitación. La veremos otro día entonces. -iba a darse la vuelta, pero hablé.-
-¿Puedo acompañarte? -me vio con ligera sorpresa en su rostro, pero al final sonrió.-
-Vamos... -sonreí mientras la seguía a su cuarto.-
