Capítulo 22, "Y si abrimos los ojos será, porque queramos vernos."

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Narra Lauren

Entré a la habitación de Camila de nuevo, con dos chocolates calentitos en la mano.

La encontré hablando por teléfono. 

Puse las dos tazas de chocolate en la mesa mientras terminaba de hablar. 

Di una pequeña ojeada al cuarto, y sonreí viendo una foto de la familia, con ella de pequeña. 

-Al parecer, van a llamar a la policía mañana por la mañana mostrando las pruebas y conclusiones que hemos descubierto. -dejó el teléfono sobre la mesa.-

-Hablaré con una buena amiga sobre el tema. -me miró.-

-Lauren, no quiero involucrar a nadie más.

-No te preocupes. Ella es capitana en la comisaria de Argentina. Se que no tiene jurisdicción aquí, pero quiero saber que piensa ella.

-Está bien. Te voy a pasar toda la información. -asentí.-

Cogí una taza de chocolate, todavía estaba bastante calentito, y se la di.

-Sinu y Mercedes lo han preparado hace nada. Todavía sigue caliente. 

-Gracias. -sonrió. -Si quieres mandar la información, puedes utilizar mi ordenador. 

 Poco después de mandársela, me llegó un mensaje de ella, diciendo que lo miraría cuanto antes.

-¿Hace mucho que la conoces? -preguntó Camila sentándonos en la cama.-

-Poco después de llegar a Argentina, la conocí. Somos muy buenas amigas. Estuvimos saliendo un par de veces, pero no funcionó. -me levanté. -Te dejo descansar. -miré por la ventana. -Sigue lloviendo bastante fuerte.

-Lauren, quédate. -la miré mientras se levantaba. -Podemos ver una película si quieres...-

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Ambas nos acomodamos en la cama, viéndola la película.

Nos mantuvimos en silencio durante la película. Es de esos silencios maravillosos, compartidos con la persona especial.

Miré mi teléfono.

-Es Ally. -sonreí viendo el mensaje. 

-¿Te extraña, cierto? -la miré asintiendo.-

-Si, y yo a ella. Extraño mucho cantar en su bar todas las noches. La conocí la noche que llegué. Ha sido muy buena conmigo. 

-Lo mereces, Lauren. No puedo imaginarme, todo lo que has tenido que pasar...

-El conocer a Sinu y Alejandro, ha sido un regalo. Recuerdo que los conocí, cuando llegué al reformatorio. Ellos estaban repartiendo juguetes, con varias familias pesqueras. Mi infancia, fue horrible. Saltaba de lugares de acogida, y me escapaba. Y una de las noches, estaba robando para poder comer y me pillaron. Ahí fue, cuando me arrestaron y fui al reformatorio. -de pronto, sentí una suave caricia en mi pierna. -Lo siento... -negué. -No sé porque te estoy contando todo esto.

-No me pidas perdón por confiarme lo que pasó antes de que llegaras hasta aquí. 

...........................

En la tarde, había llegado Alejandro, junto con Shawn y Noah. 

-Hijas, échense una cantada juntas como aquella vez. -dijo Ale, sonriendo.-

-¡Claro que si! -añadió Sinu, sonriendo.

Me levanté, para dirigirme al piano, que había en la sala. 

-¿Cuál cantamos? -pregunté en alto. Todos se encogieron de hombros riendo. Camila y yo, negamos sonriendo.-

Toqué algunos acordes sueltos, hasta comenzar con la melodía...

Lauren

Que no huela a canción de despedida.

Que nunca nos sorprendan en el coche.

Camila

A gritos y a portazos con la vida.

Que se quede el arcén, con los reproches.

Lauren

Que vuelvas, y yo esté esperando quieta. 

Que me quites la blusa, por la espalda.

Camila

Debajo del mantel una estrategia.

Para atacarnos, sin que noten nada.

Y que nadie te diga mi amor,

y que nada te pueda vencer.

Lauren

Que al hablarnos, dejemos sin voz,

al olvido y su juego.

Lauren y Camila

Que nos quiten la venda después, 

cuando el agua nos vuelva a cubrir...

Lauren

Y si abrimos los ojos será...

Lauren y Camila

Porque queramos vernos.

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Se acercan momentos... 







Cianuro y Miel (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora