Cianuro y Miel (CAMREN)

Capítulo 12, "¿Es verdad...? ¿Te vas?"

Narra Lauren

Estábamos sentadas las dos en la arena. Camila entre medio de mis piernas, mientras yo rodeaba su cintura, frente al mar. 

No sé el tiempo que llevamos las dos, allí. Inspiré el aroma de su cabello cerrando mis ojos. 

-Nunca me había sentido tan plena como ahora... -susurró. Giro su rostro mirándonos.-

-Quiero estar para siempre contigo, así... -mi mano acarició su mejilla.-

Acortamos la poca distancia entre nosotras, uniendo de nuevo nuestros labios. Cada segundo que sus labios se unían con los míos, me era imposible separarme de ellos. 

Mis labios besaron su mandíbula mientras sus piernas se acomodaban una a cada lado de mi cintura. Sus manos acariciaban mi cuello, y las mías su cintura. Mis besos bajaron más y mi lengua rozo un punto de su cuello. 

De pronto, su móvil sonó. Nos separamos con la respiración agitada. 

-Papá... Si, estamos bien. Ya vamos para casa, si. Yo también te amo. Adiós. 

Nos levantamos, segundos después.

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En el transcurso del camino a casa, ninguna dijo nada. Tomé su mano parándola, cuando quedaba solo un par de metros.

-Yo necesito cada día más de ti. -sus manos fueron a mis mejillas, mientras unía nuestros labios.- 

-Y yo de ti... -dijo entre mis labios.-

El besó se volvió pausado y calmado. 

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A la mañana siguiente, me dirigía con Alejandro a casa. 

-Camila y tú, desde el desayuno, se han visto bastante raras... -lo miré. -Bueno, mucho más que desde que se conocieron. ¿Está todo bien, mi niña? ¿Pasa algo? 

-Todo está bien, Alejandro. Pero hay una cosa, que me gustaría hablar contigo y Sinu. 

-Está bien. -besó mi frente.-

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Estábamos Alejandro, Sinu y yo en la sala, sentados.

-Se que es difícil para ustedes, al igual que para mi. -dije tristemente. -Pero necesito, irme.  

-Lauren, cariño... -dijo Sinu. -¿Por qué te quieres ir? ¿Ha pasado algo? -negué.-

-No. No es eso... Ustedes me han dado, tanto. Pero por una cuestión de sobrevivencia personal, necesito estar lejos un tiempo. Ustedes, me podrán visitar las veces que quieran. Y yo vendré a verles. 

-¿Cuándo tienes pensado irte...? -susurró Alejandro.-

-Cuando cumpla la mayoría de edad. -ellos me vieron sorprendidos.-

-Eso es este sábado. -dijo Sinu.-

Si... -asentí. -Ya tengo un sitio donde quedarme, y me acompañará Halsey. 

-La conozco. -dijo Alejandro. -Por lo poco que la conocí, es una buena chica.

-Necesito alejarme de todo esto, y de tomar mi camino. -ellos asintieron resignados.-

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Estaba en mi habitación, recogiendo un par de cosas, cuando de repente, Camila entró.

-Dime que no es verdad... -se acercó a mi. -¿Es verdad...? ¿Te vas? -susurró.-

-Si, me voy... -suspiré mientras ella cerraba sus ojos. -Camz... Tú sabes mejor que nadie, que es la mejor decisión. Para ti, para mi, y para todos.

-Lo sé... Pero eso no quita lo tanto que me duele... -me acerqué a ella, mientras la apretaba en un fuerte abrazo.-

-A mi también me duele... -no sé cuanto tiempo pasamos así, abrazadas.-

Si buscamos la definición de abrazo, encontraremos: Rodear una cosa, o a alguien con los brazos. Pero para nosotras dos, en estos momentos, era mucho más que una simple definición.

Nos separamos lentamente, uniendo nuestros labios. Nuestros besos, se intercambiaban con lo salado de nuestras lágrimas.

Besé su frente, para luego ella irse. 

Después de unos segundos, escuché una tos. Era Mercedes. Me sequé los restos de lágrimas que me quedaban en las mejillas.

-Lauren, cariño... -dijo ella acercándose a mi habitación. -¿Qué es lo que acabo de ver...? 

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¡Nos leemos pronto!