La mayoría de los capítulos son cortos, por lo que subiré dos por semana.
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Recuerdo en esa tarde nublosa, un día de noviembre, el camino rocoso para llegar a la playa, en la que tú me pediste, tontamente, de ser tu novia. En ese momento teníamos diez años, y yo no sabía mucho acerca del tema "noviazgo", pero tan sólo con tu sonrisa segura y tu dedo índice acariciando la palma de mi mano, acepté sin saber realmente qué significaba lo nuestro.
–Entonces, ¿eso es un sí?- dijiste, caminando en contra del viento.
Mi cabello se movía sin control, mientras que escuchaba a las olas del mar romper contra las rocas. Era la ocación perfecta para llover. Tus ojos me miraban como si no hubiera nada a nuestro alrededor, y en ese momento, sentí cómo álgo se removía en mi estómago. En ese entonces, era muy inocente como para saber lo que significaba, pero ahora, siete años más tarde, comprendo que desde ese instante, algo más que un simple "Sí" me uniría a tí.
Así que no respondí, sólo me acerqué a tí, y uní nuestros labios. Era mi primer beso. Me imagino que no habré sido muy buena en eso, ya que nunca había practicado, sólo me guié por lo que hacían en las películas. Pero tú nunca me dijiste nada al respecto, sólo te dignaste a continuar el beso, acercándome más a tí.
Pusiste tus manos en mi cintura y susurraste sobre mis labios dos sencillas palabras.
–Te quiero.
No comprendía porqué no dijiste "Te amo", ya que escuchaba siempre a cualquier pareja decirse eso.
Pero ahora tengo dos teorías. Una, no lo dijiste porque sabías que no lo sentías. Dos, la frase "Te amo" se dice cuando uno realmente siente esa magnitud de amor hacia una persona, y supongo que a los diez años uno es demasiado chico como para sentirlo.
Luego de eso, me acompañaste a casa. Caminábamos tomados de la mano, hablando de la nueva heladería que habían puesto al lado del mercado de Jo. No nos faltaba tema de conversación, tú eras el que se ocupaba de no quedarnos en un silencio incómodo. Siempre te estuve agradecida por eso. Yo sólo escuchaba tu voz, perdida en un millón de pensamientos. Era incomprendible para mí, como el chico más deseado podía estar con una chica cualquiera como yo. Todavía no lo comprendo. Era tan irreal que hasta a veces pensaba que estaba sumida en un sueño, en el que me despertaría en cualquier momento y tú no estarías ahí como en mi fantasía.
Ahora sé que fue tal y cómo lo imaginé.
Por eso me dejaste caer, ahora rescátame.
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Rescátame
Teen FictionCuando el amor se esfuma, lo único que puedes hacer es esperar a que te rescaten.