Cuando era niña mi madre solía siempre entretenerme con libros; se recostaba conmigo en la cama y esperaba a que estuviera cómoda para empezar a leer.
Recuerdo que una noche calma y llena de estrellas ella se acercó a mí y las palabras empezaron a brotar de su boca.
A segundos de quedarme dormida dijo unas últimas palabras:
–No siempre conseguimos lo que queremos, pero tarde o temprano la vida nos concede aquello que merecemos.
Nunca supe el nombre de ése libro, o si en realidad era de ti de quien ella hablaba.
Por eso me dejaste caer, ahora recátame.
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Rescátame
JugendliteraturCuando el amor se esfuma, lo único que puedes hacer es esperar a que te rescaten.