El sol iluminaba las calles desiertas una mañana de abril.
Mis zapatillas deportivas rechinaban al pisar, pero no había nadie para decirme que era insoportable.
La bolsa en mi mano izquierda estaba que explotaba.
Llegué al contenedor de basura y lancé la enorme suciedad acumulada en esa delgada tela para después dar media vuelta e irme nuevamente hacia mi casa, pero algo llamó mi atención.
Un maullido.
El sonido provenía de algún lugar detrás de mí, así que volví al punto de partida.
Revisé debajo del contenedor, pero no había nada; tampoco a sus costados. Estaba dentro.
Subí la tapa de éste y al segundo salió una cabecita demacrada y sucia de entre los desechos.
Sus ojos verdes me observaron durante un largo rato.
Tenía varias lastimaduras por su cuerpo y una extraña cicatriz sobre una de sus orejas; se veía tan indefenso y triste que no dude ni un solo segundo en envolverlo entre mis brazos.
Una sola cosa vino a mi mente en ese momento.
< ¿Será que por dentro yo también me veo así? >
Por eso me dejaste caer, ahora rescátame.
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Rescátame
Teen FictionCuando el amor se esfuma, lo único que puedes hacer es esperar a que te rescaten.