Capítulo 10

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Cuatro años atrás | 02 de Diciembre de 1385

—Debes mantener la calma.

—Estoy calmado, Seokjin.

El aludido apretó los labios, irritado.

—No, no lo estás. Te veo mover las manos, cómo si lo estuvieras ahorcando.

—Quiero matar al hijo de puta.

Claro, él estaba completamente tranquilo, ironizó el mayor en su mente. Pero no quería discutir aquello con su hermano, así que con lentitud se acercó a él, y colocó sus manos en sus hombros, apretando con suavidad la piel de allí. Sus músculos estaban tensos, su postura erguida y su ceño fruncido podían ocasionar temor y quería que para su encuentro con Kang estuviera sereno.

A pesar de que Jungkook quería ir hasta su casa he increpar por lo que le había hecho a su hermana, Jin acordó que en vez de buscar venganza o hacer que Jiyeon dejará la ciudad sin hablar antes con Kang, buscarían una solución correcta para desembarazar a su hermana del casamiento con ese hombre, y que la mejor manera de hacerlo era negociar un acuerdo en igualdad de condiciones. Jungkook quería matarlo y Jin, un poco asustado, intentó razonar con él de que Kang no era un soldado como los de su padre, era un noble, y que sin importar quién lo matara, el asesino terminaría en la horca.

A su favor, Jin tuvo el tiempo. Kang estaba en una excursión en sus tierras al sur, por lo que le tomó volver unas dos semanas a la ciudad, tiempo suficiente para calmar el instinto asesino de Jungkook, pero no el suficiente para intentar limar su humor hosco y poco galante.

Fue por ello que esa tarde, tras ser invitados por Kang, ambos hermanos fueron hasta su propiedad que quedaba a pocos kilómetros de dónde ellos vivía. La villa era suntuosa y elegante, con varias hectáreas repletas de hermosos jardines, arquitecturas gloriosas y un regimiento de sirvientes dispuestos a trabajar de sol a sol para que aquel lugar luciera digno de un noble. A Jin pareció sorprenderle que sea tan elegante, pero a Jungkook la frivolidad de Kang le tenía sin cuidado.

Así que cuando fueron atendidos por los sirvientes y dejados en una habitación revestida en madera rica, oro y jade, el menor de los hermanos no se vio impresionado ni un ápice en cuanto llegó Kang, algo que al hombre le molestó, pero que ocultó con una sonrisa beneplacita.

—Es bueno habernos reunido, me enteré el cambio radical que hubo en su villa y debería haber pasado a dar mis respetos, pero una urgencia en el sur, un incendio en una de mis propiedades, me hizo abandonar la ciudad.

Jin apretó con fuerza su rodilla para que recordara ser educado, y con un poco de dolor, el castaño habló.

—No es problema, estoy seguro de que todo fue muy repentino para usted.

— ¡Ni que lo diga! —replicó, bebiendo un sorbo de su vino. —Todos los ministros están hablando de ello, Jeon. Creo que ha revolucionado la corte y a los nobles.

—No entiendo por qué tanto espamento, tal vez sus vidas son un poco aburridas, si el cambio de gerencia en mi casa les resulta un tema de conversación tan entretenido.

Jin clavó sus uñas en la pierna de Jungkook, pero este lo ignoró, siendo recibido por una risa tensa de Kang.

—Ya sabe cómo son los rumores, se extienden y jamás paran. Pero díganme, ¿qué puedo hacer por ustedes? Me sorprende que la bella Jiyeon no los haya acompañado.

—Jiyeon se encontraba un poco indispuesta. —replica Jin, antes de que su hermano hable mordazmente otra vez. —Pero a pesar de su ausencia, queríamos hablar con usted, señor Kang.

• The King •《Kookjin》[FINALIZADA]Where stories live. Discover now