Capítulo 3

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20 de Marzo de 1389

Después de una semana de mantenerse en reposo, sus heridas estaban más o menos, en un periodo de recuperación rápida, menos la de la espalda que era un tanto más profunda y había necesitado sutura.

Jin lo había cocido, era él quién se ocupaba de sus lastimaduras. Veía que sanaban, que él descansaba y que comía lo suficiente para poder reponerse. Jungkook, fingía que le molestaban las atenciones de su hermano, pero en realidad se sentía en el paraíso.

Acostado en su recámara, bebiendo un poco de té y leyendo las cartas de sus infiltrados en la corte y en el palacio, estaba en sus anchas. Su padre había ido al palacio en cuanto él regresó de la batalla y hasta ahora no había vuelto. Lo mejor de ello, era que cuando su padre desaparecía de la casa, él estaba a cargo.

A pesar de ser el menor de sus hermanos varones, era sin duda el más respetado y tal vez temido, de todos ellos. Pero además, Jungkook tenía una característica que escaseaba entre los miembros de la nobleza, que hacía que los criados lo quisieran. Y era que trataba a todos por iguales.

A él no le importaba la cuna de quién lo rodeara, sino que sirviera para sus propósitos y que desempeñará un buen papel en él. Jin había destacado, que la manera en la que se movía con sus empleados, sus soldados e incluso la gente de la villa, era revolucionario.

—He encontrado personas más dignas en un mercado, que en el palacio.

Jin admiraba la facilidad con la que Jungkook se podía relacionar, desde el rey hasta los cuidadores del establo. Era sin duda una cualidad excepcional, que Jin siempre intentaba imitar.

Según Jungkook, era la clave para mantenerse en un futuro en el poder.

—Hay algo que tus antiguos textos no saben, y es tan básico y hasta tonto, que tal vez por eso no aparece. E incluso así, muchos lo ignoran y no lo hacen.

Mientras él limpiaba la herida producida por una flecha en su hombro, escuchaba atentamente a su hermano.

—La gente entiende que eres rico, y si bien te envidian, lo aceptan como el curso natural de las cosas, mientras sus necesidades básicas estén cubiertas. Cuando el pueblo tenga comida, ropa y vivienda, no les va a importar trabajar en el lodo, mientras tú estás cubierto de oro, perlas y seda.

»Pero si eres avaro y no pagas la fidelidad de las personas, más temprano que tarde vas a caer. Eso es lo que está debilitando al rey U. La gente está cansada de trabajar y morir de hambre, mientras él se llena de amantes en el palacio y come hasta reventar.

—Te ves seguro de que padre va a lograr su cometido.

—Padre trabaja para sí, y sin duda va a tener éxito. Pero lo que inclina la balanza a nuestro favor no es la corte o la guardia real. Es la gente, que en cuanto vea el clima para que se genere un cambio, se va a rebelar. Y Koryeo, va a caer por su propio pueblo.

Jin estaba tan impresionado por el análisis político de su hermano, que no tardó en plasmarlo en sus escritos, y lo tituló: "La avaricia del poder". Jungkook se rió cuando se lo mostró, pero se veía bastante realizado de que su hermano había trasladado sus palabras bastante toscas y rudimentarias, a un texto extenso y perfectamente escrito.

—Haces arte con tus palabras, Hyung.

Le dijo él, enrollando el escrito de su hermano, separándolo de las cartas de sus informantes.

—Pero es tú idea.

El menor le sonrió. Agarrado desprevenido a Jin, corre la mesa que tenían en medio y empuja todas las cartas, para agarrar al mayor de la cadera y tirar de él, colocándolo a pocos centímetros de su rostro.

• The King •《Kookjin》[FINALIZADA]Where stories live. Discover now