-¿Entonces? -el chico de delgada contextura jugaba ansioso con las puntas de su cabello, expectante a la respuesta del hombre sentado frente a él.
-Ya sabes lo que debes hacer, joven Fisher. -éste mantenía el temple, mientras arreglaba el cuello de su camisa.
-Ahg. -se quejó el peliazul. -está bien... he estado escribiendo algunas cosas, aunque no le veo mayor sentido. -rodó los ojos y miró por un momento el artefacto con luces tintineantes entre sus manos.
-¿Prefieres seguir teniendo crisis?
Agachó la cabeza respondiendo con un pesado suspiro y dejando caer sus hombros.
-Con el tiempo lo entenderás.
-Si tú lo dices. -magulló con desgano apretando los mangos de la super gearboy. -¿Sabes? me parece un poco irónico buscar ayuda de alguien qu..-
-¿Que está muerto? -interrumpió.
Su cara era pálida, casi translucida, vestía una camisa mal abotonada, completamente manchada con un extraño líquido verde. Su mirada era fría, inerte, no se distinguía la pupila en sus ojos. No obstante, todavía conservaba sus viejas manías, como la de arreglarse la corbata cada 5 minutos u observar su reloj luego de transcurrida media hora.
-Pensé que te habías suicidado. -sus ojos denotaban cierta curiosidad.
-Ok, joven Sal, te revelaré mi secreto... -se incorporó, cruzándose de piernas.
El chico miraba atento, posicionando sus manos para así reposar su rostro en ellas.
-Ya no recuerdo hace cuánto tiempo fue, de no ser por ti no tendría idea de qué día o de qué hora es. - carraspeó.
-Es algo que me imagino, no importan cuántos años pasen y cuántos recuerdos se borren, porque sé en el fondo que jamás podré olvidar. -Dijo con un hilo de voz.
-El rostro de mi esposa con su barriga de 8 meses al correrme de casa cuando llegué con la última carta de amonestación entre mis manos: había sido despedido. Los días restantes no dormí, llegué a la vieja cantina empapado en lágrimas y Bob como siempre me recibió con los brazos abiertos y una botella de Whisky barato, bebí hasta borrarme, bebí queriendo olvidar. Llegué en la tarde hecho un estropajo para retirar mis cosas... -se rascó la barbilla, como si estuviera buscando las palabras correctas para describir su "su última hazaña." -Mis pies se movían por inercia. Recuerdo tambalearme hasta la oficina, lanzando improperio tras improperio a mis colegas y me dirigí abriendo de un portazo la puerta.
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Because you didn't look away (Sally Face)
Fiksi Penggemar-¡Sally Face! -¡Larry Face! (Ship: Larry x Sally) Dos años han pasado tras el incidente de la Bologna. Sal necesita resolver sus conflictos internos, y a modo de catarsis toma como recomendación escribir todo aquello que considere relevante en un...