Wattpad Original
Te quedan 8 partes más de forma gratuita

Capítulo 12

18.4K 829 339
                                    


Para compensar mi actualización tardía, espero que disfruten de este capítulo largo <3

***




"El cocinero sin probar bocado de los manjares que ha hecho, suele quedar satisfecho de lo solo haberlos guisado"

―Calderón de la Barca

***

Estaba a mitad de una clase cuando recibí una llamada de mi mamá. Aunque no contesté en ese instante, pude hacerlo cuando me encontré en las afueras del restaurante, pues ahí nadie escucharía nuestra conversación ni mi mamá advertiría el gran bullicio que se desataba en el interior del lugar a causa de los muchachos. Con mi madre hablé de asuntos triviales referentes a mis hermanos o de los rumores que a veces escuchaba de las vecinas chismosas. Me preguntó, como era de esperarse, cómo me iba en la universidad, si conseguía o no equilibrar mi trabajo con mi estudio y si no le causaba problemas a mi jefe con mi problema de orientación.

Solté un suspiro. Por las preguntas de mamá era que me costaba hablar con ella, pues al no saber decirle la verdad de mis sentimientos y el temor de decepcionarla, prefería reprimir muchas cosas. Se sentía mucho mejor platicar de cosas sin sentido, como lo eran los problemas que Oliver parecía darle a sus maestras con las tareas; o la reciente confesión de Dustin a cerca de aprender todo lo relacionado a gastronomía.

Todo era bueno si no se trataba de mí.

¿Por qué me sentía estancada cada vez más? ¿Cómo podía sentirme de tal modo sin una razón verdadera? Había llegado a un punto en el que todo se había vuelto en un espeso gris. Y lo que era peor era no saber definir la rareza de sentimiento que me faltaba. Me sentía vacía, cansada, con ganas de tirar todo por la borda, pero entonces, recordaba a mis hermanos. Me parecía que estaba atrapada en una tormenta monstruosa, donde fácilmente dejaba que me engullera lentamente sin poner resistencia.

Me apoyé contra la pared y fui deslizándome despacio hasta caer sentada contra el suelo frío. Miré el teléfono en la mano, deslizando los dedos por la pantalla sin buscar nada en particular. Debloqueaba y apagaba la pantalla, una y otra vez. Debía tranquilizar mis emociones antes de entrar al restaurante, antes de que alguien pudiera verme con esta faceta débil o que Thomas pudiera advertirlo siquiera. No quería que me tachara como alguien que necesitaba ayuda de manera constante. Yo no era ese tipo de persona.

Margo no dependía de nadie, en absoluto.

Ah, ya tenía suficiente. Ya era suficiente. Ya era mucho que Thomas supiera de mi problema y ahora, en este estado tan deprimente, no lograba aminorar ni calmar mis sentimientos que desbordaban en mi pecho.

Hablar con mamá me hacía mal. La amaba, pero solo escucharla me sumía en un dolor inmenso... en mi corazón crecía un miedo inmenso e indescriptible cada vez que escuchaba su voz. Era la peor hija del mundo. Tenía miedo. Quizá lo que sentía era exagerado y tan poco creíble, sin embargo, era como yo veía las cosas. Tenía miedo de perderme en la vida del mismo modo como me perdía en el espacio, y, aunque me costara admitirlo, estaba llegando a un punto en el que mis temores se volvían realidad.

Mi teléfono comenzó a vibrar en mis manos, sacándome de mis ensoñaciones. Contesté la llamada tan pronto vi el nombre de uno de mis hermanos pequeños figurar en la pantalla. Me aseguré de aclararme la garganta antes de hablar. Sería terrible que estucharan a su hermana mayor con la voz quebrada.

Enredada con el chefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora