Cuatro

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Al llegar a la casa de Connor, permanecí un rato frente a esta. Vi al castaño sentado en su ventana. Una de sus piernas colgaba por esta, y la punta de su pie reposaba sobre algunas baldosas del tejado color rojizo. Logre distinguir que sostenía un cigarrillo en su mano derecha, no estaba bien.

-¿Estás bien? -grité.

-¿Por qué gritas?

Tenía razón. Era ridículo gritar, ya que no había tanta distancia como para que no pudiera escucharme. Dios, soy un tonto. Supongo que sólo estoy un poco nervioso, es normal.

-Está abierto -le dio una calada a su cigarrillo-. Sube aquí arriba.

Suspire frustrado. Realmente me molestaba que fumara, pero no podía hacer nada.

Mientras subía las escaleras imaginaba distintos escenarios en donde Connor me decía los motivos de por qué me encontraba aquí. Sin darme cuenta, ya había llegado al final de las escaleras.

Permanecí en silencio al entrar en su cuarto. Terminó su cigarrillo y se recostó en su cama. Intenté preguntarle que pasaba, pero simplemente cambió de tema.

-¿Quieres salir? -su pregunta me tomo por sorpresa-. ¡Oh! Ya sé, vayamos a un parque.

No tuve tiempo de quejarme, ya que Connor se puso de pie y tomo mi muñeca con algo de fuerza para luego arrastrarme hasta un parque cercano a su casa.

-Me lastimas -musite al ver que su agarre no se aflojaba, incluso cuando ya habíamos llegado.

Me soltó con algo me miedo. Frote las marcas de sus dedos con mi mano, como si eso fuera a aliviar un poco el dolor que, inconscientemente, me había provocado.

Connor se dejó caer en el aquella hierba verde. Dude un poco ante la idea de recostarme a su lado. ¿Y si alguien o algo habia orinado esas hierbas? ¿Quién estuvo ahí antes que nosotros? El castaño me llamó. Hizo señas para que me recostara a su lado, no me quedó de otra.

Los murmullos de las personas combinadas con los cantos de algunas aves hacia que el ambiente fuera tranquilizante. Poco a poco, fui dejándome llevar y simplemente cerré mis párpados por un tiempo. Bastante corto a decir verdad, ya que pronto sentí una cabeza siendo estrellada contra mi estómago con poca delicadeza.

-¿Ya vas a hablar conmigo? -pregunté. No respondió. Suspire frustrado e intenté elegir mis palabras cuidadosamente-. ¿Qué te sucede últimamente?

Simplemente me mintió.

Me dediqué a jugar con su cabello. Si Connor no quería hablar, no lo haría jamás. Insistir sería para peor. Al poco rato me pregunto si podría hacerle un favor, dije que sí, obviamente.

- Dime que me vaya.

Mi mano se apartó de su cabello e incorporé un poco mi cuerpo. La cabeza de Connor se deslizó hasta mis piernas. Lo observé confundido, trata de decirle con los ojos "¿De qué hablas?."

El castaño se limitó a imitar mi gesto. Pronto acabamos nariz con nariz. No era nuestra intención, pero simplemente sucedió. Pude sentir como mis manos comenzaron a sudar.

Los ojos de Connor parecía buscar alguna señal en los míos, algun tipo de respuesta, pero yo estaba seguro de que solo encontraría algo miedo y confusión absoluta.

-Debo irme -dijo para luego levantarse rápidamente y apresurar su paso hacia su casa.

« ¿Qué acaba de pasar? »

Runaway || Treesbros [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora