Estaba con Evan en su sala de estar. Él tenía el control remoto del televisor y solamente cambiaba de canal, sin concentrarse mucho en lo que sucedía en la pantalla. Luego de varios minutos en silencio uno de nuestros teléfonos comenzó a sonar.
-Es el mío -dije al bajar la mirada. Me quejé en voz alta al ver quien era-. Voy al baño.Evan permaneció en su lugar, aún cambiando de canal sin encontrar algo interesante con lo que perder el tiempo, parecía estar en otro mundo.
Una vez en el cuarto respondí-. Hey, qué quieres?
-¿Por qué siempre estás ahí? -fruncí el ceño, ¿quién demonios se cree que es?
-¿Disculpa?
Escuché como Kleiman suspiró. El día de hoy parece bastante irritado, que molestia. Luego de un rato, reiteró su pregunta.
-¿Por qué siempre que intento sacar ventaja tú estás ahí? -permanecí en silencio-. ¿Por qué no solo admites que lo amas de una vez? El que estés perdido no significa que él también, maldita sea.
-Mira quién habla -solté una risa burlona-. Jared, por favor, yo sé lo que siento por Evan. No como tú.
-¡Felicitaciones! ¡Entonces, termina con esto de una maldita vez!
Recosté mí cabeza contra la puerta del baño. Lo que menos necesitaba, ahora mismo, era que Jared me gritara por teléfono que me le declara a Hansen.
-Necesito tiempo... -dije en un hilo de voz.
-¿¡Más tiempo!? Por amor a Dios, quierete un poco.
-Jared-
Me interrumpió.
-No, Connor. Se tú no le dices yo me encargaré de-
-Será mejor que pienses muy bien lo que dirás.
-Díselo -entonces, finalizó la llamada.
Maldije a todo pulmón y, dejándome llevar por la rabia que me consumía, le di un golpe con el puño derecho a la pared. El líquido carmesí comenzó a brotar por mis nudillos. Abrí el fregadero y, entre quejidos, comencé a limpiar la herida como pude.
Unos leves golpes se hicieron presentes en la puerta del baño, seguidos de la voz de Evan preguntando si me encontraba bien. No respondí, el dolor persistía y era lo único en lo que me enfocaba en ese momento.
-¡Connor, responde!
Mi vista se tornó borrosa y las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin compasión. Recorrieron mis ahora rojas mejillas suavemente hasta caerse por mi barbilla y finalizar en el lavabo, donde se funcionaron con el agua de la canilla y la sangre que seguía fluyendo.
-Connor, abre la puerta -exclamó.
-¡Estoy bien!
No quería abrir la puerta, estaba perfectamente bien sin él. Soy capaz de cuidar de mí mismo. No necesito que nadie le agregue sal a mis heridas.
-Por favor, Connor. Déjame ayudarte.
Cerré el agua y me arrodillé en el suelo, abrazando mi brazo contra mi pecho. Me sentía débil, ya podía continuar de pie ya que no sentía fuerza en mis piernas. Lo único que quería era irme a dormir, y descansar hasta quien sabe cuando.
Me sobresalté cuando la puerta del baño recibió un leve golpe, ¿a caso Evan había intentado derribar la puerta tan solo por mí? Una leve sonrisa se formó en mis labios.
-Evan, la puer-
-¡No te perderé de nuevo! -chilló desde el otro lado, sin dejarme terminar-. Eres... Eres lo único que tengo.
-Evan... la puerta está abierta -dije con un nudo en la garganta.
Un silencio, y luego, la perija se inclinó hacía abajo y la puerta se abrió. Evan estaba parado al umbral de la puerta con lágrimas en su rostro. Sus ojos se enfocaron en mi mano, finalmente, se arrodilló y envolvió sus brazos en mi cuello.
-¿Q-qué sucedió? -preguntó en mi oídio-. ¿Por qué, Connor?
-No es importante... -lo tomé por el hombro con mi mano sana y lo alejé un poco-. Ya no importa.
Sus manos se colocaron a los costados de mi rostro. Con las yemas de sus dedos acarició mis mejillas y limpió mis lágrimas.
-¿Por qué... te preocupas por mí? -pregunté con un hilo de voz.
-Te podría hacer la misma pregunta.
Una leve risa nerviosa se escapó de los labios se Evan. Sus ojos brillaron y las lágrimas se detuvieron. No podía desviar la mirada, ya no.
Observé sus labios; estaban entre abiertos. Poco a poco, e inconsistentemente, me fui acercando al rostro de Evan.
-Evan... Te-
Mi teléfono sonó. ¡Debe ser una broma! Me separé de una forma un poco brusca, tomé mi teléfono y costente a la llamada sin fijarme de quién se trataba.
-Mamá te quiere en casa. ¿Si siquiera te das cuenta de cuánto hace que estás en... quien saben donde?
-Hola, Zoe.
-Ven a casa.
Suspiré frustrado y dejé mi teléfono en el piso. Realmente no quería irme ahora. No debería de irme ahora.
Posé mis ojos sobre Evan, quien mantenía su vista sobre el frío suelo de color blanco mate. Estaba inmóvil y no parecía querer buscar mi mirada.
-Evan -dije. No hubo respuesta alguna-. ¿Evan? -entonces, sus azules ojos me observaron con preocupación. Se levantó rápidamente y me ofreció su mano. La acepté-. Debo irme...
-¿Y tu mano? -preguntó.
-Estaré bien -dije, restandole importancia.
-Pero-
-Estaré bien, Evan.
-Bien...
Suspiré. Salí del baño, pasando por su lado. Tomé mi mochila y simplemente salí de su casa, sin despedirme. Necesitaba solucionar mis "problemas," luego, me ocuparé de Evan.
Maldita sea... estuve tan cerca.

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Runaway || Treesbros [EDITANDO]
Fiksi Penggemar「 EN EDICIÓN LOL 」 ❝ Evan Hansen, te amo. ❞ ─────── ۪۫ ❁ཻུ۪۪⸙͎.' ─────── ♥︎❱ TreeBros (Connor x Evan). ♥︎❱ Dear Evan Hansen. ♥︎❱ Publicado [07/04/19] ♥︎❱ Finalizado [09/07/19] ♥︎❱ Editando [27/08/20 - ??/02/21] ✖