Runaway || Treesbros [EDITANDO]

Nueve

Aún me encontraba en el baño. No quise irme, de alguna forma, se sentía como un lugar seguro para mí.

A lo lejos escuchaba el sonido de un teléfono celular recibiendo una llamada entrante. No podía estar seguro que a quien le pertenecía; no sabía si era mi teléfono o el de Connor, que fue olvidado y abandonado.

No era consciente de cuánto tiempo había transcurrido. Connor se había marchado, y yo caería del valor necesario para abandonar el baño.

En mi mente el recuerdo se repetía una, y otra, y otra vez; mis manos tomando el rostro de Connor; dejé escapar una risa nerviosa; Connor y yo intercambiamos miradas; él observó mis labios; se acercó a mi rostro. El teléfono sonó.

Todo fue... muy rápido.

Me sobresalté al oír como alguien golpeaba y gritaba mi nombre con insistencia en la puerta principal. Reconocí su voz.

—¡Evaaan! —exclamó Jared—. ¡Abre la puerta, idiota!

Mis piernas temblaban levemente, me sentía algo débil. Al abrir la puerta vi a Jared, vestido con sus clásicas playeras y camisetas encima de estas, junto a sus pantalones cortos color caqui y sus covers negras. Parecía algo... ¿preocupado?

—Ya creía que estabas mu—

Antes de que pudiera continuar hablando, en un impulso rápido, me abalance sobre él y lo rodee con mis brazos.

Jared no respondió hasta luego de un rato. Por alguna razón, algo dentro de mí necesitaba buscar un poco de consuelo en los brazos de Kleiman.

—¿Te encuentras bien, Evan? —preguntó, su voz temblaba levemente.

Negué como pude con mi cabeza hundida en el hueco de su cuello. Algunas lágrimas se escaparon de mis ojos sin autorización alguna.

—Okey, okey... —murmuró, dándome leves palmadas en mi espalda—... todo estará bien.

Con delicadeza se separo de mí. Lo invité a entrar. Nos quedamos sentados en el sillón en silencio por un rato; personalmente, no sabía qué decir o qué hacer a continuación.

—¿Por qué no respondiste mis llamados? —preguntó Jared luego de un rato.

—No lo sé —dije—, creí qué te vería mañana.

—¿Y eso qué? Pasé horas escribiéndo y llamándo a tu teléfono.

« ¿Horas? Mierda... ¿Qué tan jodido estoy? »

Guardé silencio. Le pregunté qué hacía aquí. Por qué había venido desde su casa hasta la mía solo porque no respondía algunas llamadas.

—Supongo que... —hizo una pausa y desvió la mirada—... que me preocupé por ti.

Un leve sonrojo comenzó a hacerse presente en sus mejillas. Y aún sin dirigirme la mirada me exigió una explicación, una razón para que su preocupación estuviera justificada.

—Estuve con Connor... —me observó con indiferencia—. Nosotros, bueno, él... no estoy seguro de sí... yo...

Comencé a jugar torpemente con mis dedos. Mi respiración se volvía cada vez más agitada y mi corazón no dejaba de latir muy fuerte dentro de mi pecho. Jared notó todo.

—Evan, por amor a Dios —dijo, sujetando mis manos con fuerza—. Deja de hiperventilarte.

—No me estoy hiperventilando

—Tienes un serio problema de respiración.

—Se llama ansiedad, Jared.

—¿Necesitas una bolsa de papel para respirar en ella?

—Idiota...

Jared dejó escapar unas discretas risitas mientras que liberaba mis manos de su agarré. Intentó transmitirme algo de paz y confianza en su rostro, pero no lo logró.

—Relájate, sí? Respira y exhala, como una persona normal.

Y así lo hice. Finalmente, logré normalizar mi respiración.

—Connor intentó besarme —dije, luego de un tiempo.

Los ojos de Jared parecían comenzar a cristalizarse, como si estuviera a punto de llorar inconsistentemente.

Alguien llamó a mi puerta y el castaño frente a mí se puso de pie, yendo con intenciones de saber quien tocaba. Volvió al poco rato sin emitir palabra alguna.

—Es para ti... —dijo, extendiéndome un sobre de un color cielo—... es de Connor.

—¿Qué?

Se encogió de hombros. Con mis manos temblorosas tome la carta y la observé; mi nombre estaba escrito con una hermosa y perfecta caligrafía. Tomé aire al momento de abrirla. Finalmente, extraje el sobre dentro de la carta y leí...

Querido Evan Hansen,

Me gustaría el poder decirte todo lo que estás a punto de leer frente a frente, pero lamentablemente no tengo la oportunidad hasta dentro de unas horas.

¿Crees que sueno muy formal? Lo siento, es la primera vez que hago esto. Así que, hago mi mejor esfuerzo.

Quisiera disculparme por el haberme marchado tan repentinamente de tu casa, una emergencia se presentó... aquí entre nos, Zoe es algo impulsiva.

De acuerdo, basta de frivolidades y vayamos al punto; Evan Hansen, te amo, y no lo siento. Necesitaba decírtelo.

Amaría la idea de verte ahora mismo a mi lado, esperando a que me dijeras una respuesta. Me quedaría observando como tus mejillas se tornaban del mismo color que las mías y tus zafiros quedaban fijos en mis ojos.

No espero a que me des una respuesta inmediata, tal vez es mucho que procesar. Si estás libre, o te sientes listo para verme, te estaré esperando en aquel parque donde solemos encontrarnos.

Si es el caso de que prefieres quedarte en tu casa y no verme, no te preocupes, no quiero que sientas que estás obligado a ir. Haz lo que te plazca.

PD: si vienes podrías traerme mi teléfono y el anillo que dejé en tu casa?

Sinceramente, Connor Murphy.