|Penúltimo|

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-¿Ahora te pones tierno? -le preguntó a su vez de forma burlona.

Sehun iba a contestarle cuando de pronto sonó el timbre y volvió a enfadarse.

-Parece que ese idiota entrometido está buscando que le parta la cara -gruñó apretando los puños.
-No te atrevas a tocarle un pelo -le amenazó furiosa.
-Pues por su bien no le dejes entrar -la advirtió con una mirada asesina.

_____ giró sobre sus talones y se precipitó hacia la puerta antes de que tratara de impedírselo. Sin embargo, cuando abrió, se quedó perpleja. Y no era la única, Sehun se había quedado como una estatua de hielo.

-¿Mamá, qué diablos haces aquí? -preguntó sin salir de su asombro.
-Vengo a hablar con la señorita Jung sobre algo que lleva atormentándome mucho tiempo. Algo que me impide conciliar el sueño por las noches. Pero me alegra verte aquí porque esto también te atañe a ti, hijo -manifestó, observándole con tristeza y vergüenza. Luego desvió la mirada hacia la joven, que seguía descolocada con la situación-. Señorita Jung ¿tiene un rato para mí?
-Sí, pase por favor -contestó haciéndose a un lado de la puerta.

_____ y Sehun la siguieron por el pasillo mientras se miraban desconcertados. La señora Oh se detuvo en el salón y observó su alrededor con un semblante nostálgico y sombrío. Aquella casa le traía muchos recuerdos. Y no todos eran buenos.

-Bueno usted dirá, señora Oh -dijo _____ , sacándola de sus pensamientos.

Se fijó en que su hijo permanecía callado pero no dejaba de interrogarla con la mirada. Era evidente que su presencia allí no le hacía la menor gracia. Y lo peor de todo es que, cuando dijera la verdad, seguramente la odiaría para siempre. Pero no podía seguir guardando ese secreto. Era una cruz demasiado pesada de soportar.

-Veréis, yo tenía treinta años cuando acababa de enviudar de mi primer marido -dijo mirando a Sehun-. Entonces se presentó en el velatorio un viejo amigo que no veía hace años. Él sabía que mehabía quedado sola con un niño pequeño y quiso ayudarme. Por lo que al poco tiempo entré a trabajar en su casa como ama de llaves.
-¿Mi padre y usted eran amigos? -preguntó _____ .
-Sí, él y yo nos conocíamos desde niños y salimos juntos durante un tiempo. Hasta que se marchó a estudiar fuera y yo empecé a salir con el padre de Hunne -contestó con una sonrisa nostálgica.
-Muy conmovedora la historia pero me gustaría que fueras al grano -rezongó Sehun.

Cada vez se le veía más tenso y expectante.
La señora Oh de repente notó como se le llenaban los ojos de lágrimas y tragó saliva para controlar la emoción.

-Como iba diciendo Jondae me ofreció su ayuda y empecé a trabajar en su casa. Al principio todo transcurrió con normalidad. Él era un padre de familia y yo una mujer viuda. Pero pronto empezamos a charlar de los viejos tiempos, nuestras charlas se fueron haciendo más frecuentes y terminamos por revivir un amor que creíamos olvidado.

-¿Y mi madre sabía que eran amantes? -la interrumpió _____ .

La señora Oh asintió tristemente.

-Ella puso el grito en el cielo cuando se enteró. Aunque en realidad su matrimonio llevaba muerto años. Pero no se planteaba el divorcio porque le daba miedo perder su posición económica y social.
-Así que no te despidieron por lo que dijo _____ , sino porque la señora Jung se enteró que su marido tenía un lío de faldas con su empleada y no le hizo ninguna gracia -dedujo Sehun con cruel sarcasmo.

Era su manera de desquitarse con su madre. Se sentía furioso y engañado.

-La señora Jung no solo me despidió. También se encargó de tirar de contactos para cerrarme todas las puertas de la ciudad. Ella fue la verdadera culpable de nuestra desgracia -concluyó en un tono afligido.
-¿Y mi padre no hizo nada para ayudarla? Al fin y al cabo también tenía parte de culpa -terció _____.
-Él era un hombre importante de negocios y tampoco quería verse salpicado por un escándalo amoroso, por lo que no tuvo más remedio que aceptar la decisión de su esposa.
-Aun así pienso que adoptó una postura demasiado cómoda -replicó decepcionada.
-No, le aseguro que no fue fácil para él -insistió la señora Oh-. Jondae me quería mucho y sé que renunciar a mí le rompió el corazón. Pero en aquella época los divorcios estaban mal vistos por la sociedad y ante todo era un padre de familia. ¿Se da cuenta? No quería que nadie señalara a su hija por su culpa. Lo que no sabía es que su esposa, lejos de contentarse con echarme de su casa, iba a hacerme la vida imposible -agregó en un tono amargo. Después se enjugó las lágrimas-. Pero ya no tiene sentido pensar en eso. Si he venido hasta aquí ha sido para poner fin a tanto sufrimiento. Cuando supe que os habíais vuelto a reencontrar, tuve miedo y traté de impedir que la historia volviera a repetirse. Sin embargo he comprendido que no se puede controlar los sentimientos. Escuchad -digo cogiendo las manos de los dos-, vosotros aún estáis a tiempo de ser felices. No dejéis que el rencor pueda más que vuestros sentimientos. Ya es hora de dejar atrás el pasado y empezar de nuevo -concluyó uniendo la mano de _____ a la de su hijo.



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Y nos queda poco criaturitas....

Amor a Débito ||Sehun y tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora