Café Paysans (Rivamika fanfic)

Prólogo

¡Hola! Antes que nada te invito a leer esta historia que comenzó como un one shot sobre el encuentro de Mikasa y Levi en un café pero terminó en una historia mucho más grande. 

Los personajes de los que hago uso pertenecen al universo de Shingeki No Kyojin pero si no los conoces no hay problema de todas formas.

Sumérgete en esta historia que espero sea de tu agrado. ♥

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Pájaros cantando al compás del sonido de las hojas al crujir, el viento recorriendo cada rama de los árboles que dejaban caer su pelo teñido de café, el sol cálido iluminando la hierba verde, las personas vistiendo sus suéteres y bufandas al salir a tomar un té antes de la puesta del sol, los niños jugando con las hojas del suelo... Todo aquello era señal de que el otoño había llegado.

Mikasa se encontraba mirando el atardecer, el sol estaba por asomarse o... ¿Por ocultarse? Ya no lo sabía, tampoco sabía si le seguía gustando el otoño, su estación del año favorita.

Disfrutaba de los primeros o últimos rayos de sol que besaban su mejilla.

Sus ojos se posaban en el paisaje que la ciudad ofrecía en ese puente y los únicos acompañantes que se encontraban admirando la vista junto a ella eran el farol que iluminaba tenuemente y el árbol del que brotaban pequeñas hojas anaranjadas.

Mikasa lo esperaba, sabía que vendría pero la espera parecía más larga que nunca. Incluso, por un momento, se retractó y se dio por vencida al creer que no llegaría.

Sin embargo, una serie de pasos se dirigían a su encuentro. 

Oyó las pisadas de unos zapatos que golpeaban el suelo empedrado. No volteó, sólo dirigió una suave y triste mirada por el rabillo del ojo.

Unas hojas más en el suelo y ya no sólo era el árbol y el farol los que le hacían compañía.

Tampoco los ojos grisáceos de la joven eran los únicos que comtemplaban el atardecer... O ¿Amanecer?

Un brazo se estiró a su encuentro ofreciéndole una mano que pedía a gritos la de ella. 

Mikasa dudó un poco antes de dejar que la suya saliera al encuentro de ella.

La chica alzó la vista.

Se encontró con aquellos ojos, esos ojos que la habían cautivado desde que tenía memoria.

Sin embargo, así como no distinguía el amanecer del atardecer, tampoco podía distinguir si esos ojos eran de un vivaz verde esmeralda o unos cautivadores azul hielo.

Pero después de saber si era el atardecer o amanecer ella lo supo.

Jamás podría dudar de aquellos ojos.

Esos ojos color...

...

...

"¿Se pueden amar dos cosas al mismo tiempo tan intensamente?"

"Sí, pero sólo una te hará feliz."

...Mikasa... ¿Qué es... lo que te hace feliz?

Parte I: Otoño