Café Paysans (Rivamika fanfic)

Líos y complicaciones

-¡LEVI!

Mi respiración comenzó a agitarse, yo me encontraba sentada luego de que me despertara de golpe.

Pero... ¿Qué?

No comprendía porqué había soñado con ese sujeto.

Va a enloquecerme.

Tomé mi frente con la palma de mi mano y no pude evitar volver a pensar en ese sueño tan extraño que acababa de tener.

El agua.

La mujer misteriosa.

Yo cayendo.

Levi sosteniéndome...

A lo mejor y es por todo lo que ha estado pasando con él. Sí, debe ser eso.

Tuve que darme una larga ducha para despejar mi mente.

No sé porqué, pero me sentía agotada.

No quería llegar tarde así que traté de apresurar mi paso al colegio.

Saludé a Eren y a Armin para después dirigirne camino a la escuela pero entonces regresé a la cocina para llevarme aunque fuera una manzana.

Últimamente no desayunaba ya que, todas mis primeras clases eran con ese enano, para mí desgracia.
Ya ni siquiera había podido ir a mi refugio.

Antes de salir, Armin llamó mi atención.

-Oye, Mika, toma.

Mi amigo me brindó una bolsa con un contenedor dentro.

-Uh... Gracias Armin.

-Ah... De hecho yo no lo prepare, el agradecimiento es para Eren.

Volteé mi rostro hacia él y observé que estaba... ¡¿Sonrojado?!

-Eren...

Un fuerte calor en mis mejillas comenzó a brotar y una sonrisa tan torpe de mí no pudo ser evitada.

-Bueno, Mika, es que hemos estado preocupados por ti desde que ya no comes. Siempre te ves con prisa y...

-Gracias, chicos.

Les brindé una sonrisa demostrando mi agradecimiento y mi muy grande alegría para después apresurarme a salir disparada al colegio.

Pero lo que Mikasa no sabía es que algo que le arrebataría esa alegría se encontraba ahí...

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Cuando llegué al salón de clases apenas y faltaban unos minutos para que el enano gruñón cerrara la puerta.

Cuando entré, todos mis compañeros me observaron y unos comenzaban a susurrarse entre sí y algunos otros reían discretamente.

Umm ¿Qué pasa?

Observé a mi profesor. El enano estaba hojeando uno de sus libros como siempre lo hacía antes de empezar la clase.

Fui en dirección al asiento que se encontraba enfrente de su escritorio, el cual yo siempre elegía al tener una mejor vista, según yo.

Cuando me sentaba, sentí la mirada del enano en mí. Y así era.

Tomé sitio y vi que sus afilados ojos me analizaban con discreción.

Hice caso omiso a eso y empecé a escudriñar dentro de mi bolso para sacar mis cosas.

-Pst, Mikasa.