Mikasa solía ir al café por las tardes, después del colegio pero después del segundo año pudo ir por las mañanas, antes de hacer cualquier cosa ya que el horario se lo permitió.
Los meses pasaban y con ellos los días de preparatoria parecían llegar a su fin; con ellos también se fueron aquellas tardes apacibles en las que Kuchel bajaba a tomar el té con Mikasa.
Su estado parecía ir de mal en peor y el doctor le recomendó descansar aún más.Una mañana, Mikasa fue, como siempre antes del colegio pero estaba cerrado. Incluso las personas que transitaban se veían calladas y tristes.Mikasa se fue al colegio sin entender qué podría haber ocurrido.
Regresó por la tarde y seguía sin abrir.
Días después de enteró que Kuchel estaba muy mal y se hallaba convaleciente y que decidió darle el día libre a sus empleados para que tanto ella como ellos pudieran descansar.
Los rumores contaron por aquellos días regresó su hijo de Francia a visitarla pero así como llegó se fue.
Las personas contaban que lo más seguro es que el joven se hubiera encontrado con una chica francesa que le habría robado el corazón y por ello prefería estar en Francia que con su pobre madre.
Todas esas cosas Mikasa las consideraba patrañas.
Cualquier hombre hubiera preferido mil veces la compañía de Kuchel que de cualquier muchachona francesa y más aún siendo hijo de ella.
Las vacaciones comenzaron después del suceso y con ellas llegó la época de exámenes para elegir instituto.
Mikasa seguía pensando en qué estudiar y el profesor Erwin fue un gran mentor para ayudarla a elegir.
-Cualquier cosa que elijas, yo te apoyaré Mikasa y como te lo dije hace tres años... Tendrás éxito en lo que hagas.
-Gracias, señor. No puedo estar más agradecida. Pero... No sé qué elegir. Me llaman las dos cosas que... No lo sé.
-¿Qué es lo que más amas, Mikasa?
-Umm... La historia. Amo la historia más que los libros.
-Entonces ¿Cuál es el problema? La respuesta te la diste tú misma.
-Es que... Sí la amo. Me sorprende y me asombra pero...Me fascina leer y eso me hace dudar y si me lo pregunta, si me pregunta cuál es la diferencia no sabría responder. Profesor ¿Se pueden amar tan intensamente dos cosas al mismo tiempo?
Erwin tomó asiento, se quitó los lentes y suspiró.
-Sí, Mikasa. Se puede. Un corazón tan grande puede amar tan intensamente más de dos cosas. Los hombres se han dado a la tarea de inculcar que eso sea malo. Elegir un sólo pastel, elegir un sólo sabor de helado, elegir una sola camisa descartando la más fea, elegir un sólo trabajo, una sola carrera, una sola esposa o esposo... No digo que esté mal pero ¿Por qué no ambas opciones?
-Me está diciendo... ¿Que tome las dos?
Erwin soltó una carcajada.
-Jajaja, no Mikasa. Aún no llego al punto. Por más que desees, siempre habrá una sola opción. Entre lo que amas y lo que te hace feliz hay una gran diferencia. No puedes tomar más de un pastel porque no te los acabarás, no puedes elegir un doble sabor de helado porque empalaga, no puedes elegir entre dos camisas qué comprar a menos que tengas mucho dinero y no puedes elegir a más de un marido porque siempre habrá un único... Aparte no podrías tomar las dos carreras por el tiempo ya que tengo entendido que trabajas. Y bien ¿Puedes amar más de dos cosas? Sí, pero sólo una te hará más feliz. Incluso, uno debe aprender a vivir amando sin tener a eso que se ama. Amar y no ser correspondido pero aún así seguir amando...
Erwin echó para atrás el cuerpo y recargó la cabeza, miró para arriba y tras un largo suspiro cerró los ojos.
Mikasa bajó la cabeza algo triste.
Amar sin ser amado... ¿Eh?
Pensó en Eren y recordó cuando éste llegó feliz con los higos para decirles que Historia había aceptado salir con él. Jamás en toda su vida después de la muerte de su madre Carla Jaeger, lo había visto tan tan feliz. Era algo que le gustaba, verlo feliz pero... Ella no se sentía del mismo modo. De hecho, le gustaba estar con él, adoraba verlo... Incluso fue una alegría saber que había despertado después del coma que tuvo cuando lo atropellaron y todos creían que moriría. Pero... No, la hacía feliz... Lo amaba pero no lo hacía feliz.
Recordó todo lo que hacía por él para que éste la rechazara constantemente.
¿Qué... Le hacía feliz?
Recordó aquellas escapadas a su refugio, aquel lugar olor a café y caramelo, pasteles y mantequilla, aquellas personas tan lindas y amables que en tan poco tiempo terminaron por convertirse en su segunda familia.
Recordó el rincón de libros que yacía en la esquina del local y las letras que colgaban arriba."Un libro puedes tomar... Con un buen café acompañar y un refugio encontrar..."
-Los libros.
-¿Mmm?
Erwin le lanzó una mirada con el rabillo del ojo.
-...Lo que me hace feliz son... Los libros.
Erwin sonrió.
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Café Paysans (Rivamika fanfic)
De TodoEl otoño parecía llegar trayendo sus vientos más cálidos, sin embargo, llegó con un odio inesperado que parece ir creciendo dentro de la chica con el pelo más negro que el ébano o... eso parece. "¿Se pueden amar dos cosas tan intensamente al mismo t...