Día de compras y un poco de tristezas

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Al día siguiente de su encuentro con el profesor Levi, Mikasa acompañó a Petra al centro comercial para elegir un disfraz para la noche de brujas.

-¿Y bien? ¿A dónde quieres ir?

-Umm... Es que... Verás Mika... Yo no...

-¿Emm? ¿Qué sucede?

-Yo nunca he... Ido a la ciudad...

-¡¿Qué?! ¿De qué hablas?

-Pues es que en verdad nunca he ido...

-Mmm, ahora veo porqué me pediste venir hasta acá.

-Lo siento...

-No hay problema. -Mikasa le proporcionó una enorme sonrisa aunque era cierto que le era muy impresionante ese hecho.

La azabache le propuso ir a uno de los centros comerciales más concurridos de la ciudad, en el distrito de Trost. Sólo se encontraba a unas cuantas estaciones de Shina.

En el camino, Mikasa pudo observar a su amiga tan sorprendida de todo lo que veía a su paso.

Vaya, sí que parece que nunca ha viajado en metro.

Incluso tuvo que ayudarla a pasar por los torniquetes cuando hubieron entrado y salido. Y cuando llegaron a la plaza no fue la excepción.

-Oh ¡Es tan bonito!

Petra admiraba las tiendas, llenas de ropa de moda, zapatos brillantes, bolsos lujosos, muebles de los más raros, aparatos electrónicos y muchas otras cosas que jamás había visto en la vida. Observaba cómo las personas entraban y salían de estas tiendas, algunas comprando y pagando.

-¿Esto es lo que hacen las personas de la ciudad en sus ratos libres?

-Más bien cuando no tienen nada mejor qué hacer.

Mikasa se consideraba una chica muy alejada de todas esas cosas. Era de las que prefería quedarse en casa a leer un libro, salir al parque, ir a tomar el té en su refugio o simplemente relajarse. Consideraba que las personas de hoy en día estaban tan encadenadas a esos placeres banales.

-Dime, Petra ¿Por qué nunca habías venido a la ciudad?

-Emm... Para las personas de mi pueblo no es tan importante ¿Sabes? Únicamente el cabeza de la familia es el que se encarga de ir cuando se requieren cosas. Es como... Una costumbre. A veces te gana la curiosidad pero la vida y los deberes del hogar hacen que después te deje de importar.

-Ya veo...

Las chicas pasaron delante de una tienda que tenía los vestidos más encantadores que pudieran haber visto, más al frente estaba la sección de vestidos de novia. Mikasa pudo ver como los ojos de Petra brillaron al verlos pero después de una grande sonrisa, ésta se fue borrando hasta convertirse en una expresión casi sombría.

-Umm ¿Qué sucede?

-Nada, es sólo que... ¿Algunas vez has pensado en casarte, Mika?

La chica no supo qué responder. Claro que quería hacerlo pero sólo se lo imaginaba con Eren, cosa que no veía imposible pero sí difícil.

-Me gustaría, sí, pero en un futuro.

-Yo me iba a casar.

-¡¿Qué?! ¿De verdad?

La chica asintió. Mikasa no sabía si preguntar el qué pasó después pero esto no fue necesario porque su amiga continúo.

-Me enamoré de un chico del pueblo. Su padre era buen amigo del mío, trabajaban juntos elaborando herramientas y otras cosas. Crecimos juntos. Después de un tiempo supe que me había enamorado de él y... Él de mí. Me pidió ser su esposa. Todos estaban tan emocionados: Mis padres, los suyos, los amigos..

Café Paysans (Rivamika fanfic)Where stories live. Discover now