Status quo. | Peter Parker.

1.1

"So pass me by
I'll be fine
Just give me time."
Older Chests, Damien Rice.

~

     El sonido de las llaves chocando entre sí junto a los llaveros llenaba el silencio entre ambos jóvenes que se había producido desde que habían llegado a la calle en donde vivía la chica. La puerta se abrió con un crujido y un extraño aroma de lavanda mezclado con el olor de diluyente para pintura se hizo presente en las fosas nasales de Peter. El joven examinó rápidamente del lugar, percatándose de los muebles que tenían un aire de ser algo antiguos, el espejo con una fina capa de polvo a su derecha y los cuadros boca abajo sobre el mesón de la entrada. El adolescente siguió a la chica hasta la sala de estar, donde pudo comprobar que toda la casa, en general, estaba helada.

—Podemos trabajar aquí, es más espacioso — dijo la chica dejando sus cosas sobre el sofá que se encontraba al centro de la habitación. Se sentó en el suelo mientras sacaba sus cuaderno y libro de su mochila para dejarlos sobre la pequeña mesa frente a ella. Peter, con algo de timidez, copio sus acciones.

     Estuvieron el resto de la tarde trabajando en el reporte, sin posibilidad de charlas entremedio ya que cada vez que el chico le hacía una pregunta que no tuviera que ver con historia, Joan daba respuestas cortas y precisas. Ella no quería que, por desconcentrarse unos segundos, bajara la guardia y terminara diciendo algo que espantaría a su crush de su lado. La joven ya estaba con muchas cosas en la cabeza como para agregar "actos que la dejaron en vergüenza" a la lista.

     Cuando el sonido de la cerradura se hizo presente en el silencioso lugar, Peter se percató que la joven frente a él dejó de escribir en su cuaderno por unos segundos antes de continuar. Se oían unos pasos que se acercaban al lugar donde estaban los adolescentes seguido de la aparición de una bella mujer en el umbral de la habitación. A pesar de que tuviera unas ojeras bajo sus cansados párpados, seguía luciendo como si fuera una especie de divinidad.

—Llegaste temprano, mamá — dijo Joan sin levantar la vista de los apuntes que luego desarrollaría más detalladamente en el reporte.

— Me cancelaron el turno de la noche — Thai observó al chico al lado de la chica con una sonrisa dulce. — Veo que tienes compañía, hija.

     El adolescente se levantó rápidamente del suelo mientras intentaba secarse, disimuladamente en sus pantalones de mezclilla, sus manos con algo de sudor antes de extenderla hacia la señora.

— Peter Parker, un gusto señora Archell. — El joven estrechó la mano algo nervioso, se sentía pequeño frente a la alta y preciosa mujer. Si le dijeran que la madre de su compañera había sido modelo cuando era más joven, él no lo dudaría ni un poco.

     Un silencio algo incómodo se hizo presente unos segundos. El chico podía oír las profundas respiraciones de ambas mujeres, además de que se percató que otra vez Joan se había paralizado en su lugar.

— Llámame simplemente Thai, Peter — le dijo ella con una sonrisa melancólica — ¿Y te quedarás a cenar? No tenía idea de que habrían visitas, pero puedo cocinar algo delicioso con lo que tengo en la cocina.

— No quiero causar molestia...

— Sería un agrado que te quedaras, Peter, así puedo conocer al amigo de mi hija.

     La voz de Joan hizo desaparecer la poca calidez que había sentido el chico en toda la tarde.

— Estamos haciendo un reporte de historia, mamá, aún nos queda mucho trabajo por hacer.

—Está bien, no los distraigo más. Un gusto haberte conocido, Peter — dijo la mujer con una sonrisa antes de alejarse en dirección hacia las escaleras.

—No olvides tus vitaminas, mamá. — Le recordó Joan cuando escuchó los pasos de su progenitora subiendo por las escaleras hasta perderse en el segundo piso.

     Luego de una hora con preguntas sobre el tema y pausas para masticar la comida que había traído Joan a la mesa, Peter Parker se encontraba fuera de la casa de la joven con las cosas dentro de la mochila que colgaba de su hombro izquierdo.

— Lamento lo de mi madre — le dijo ella recargándose en el marco de la puerta principal.

— No fue nada, ella es agradable — el chico iba a agregar algo más en la conversación cuando la voz de la joven se oyó primero.

— Te veo mañana en la escuela, Peter.

—Buenas noches, Joan.

    La adolescente esperó que el chico se alejara lo suficiente para recargar su espalda en el marco de la puerta y deslizarse hasta sentarse en el suelo, dejando escapar un bufido de sus labios. Sabía que esta había su oportunidad para hablarle más al chico que le gustaba, pero permitió que el frío que emanaba su casa enfriara sus pensamientos y que el miedo de que él descubriera su incompleta familia la encerrase en sus palabras.

     Joan volvió a entrar al lugar luego de un par de minutos afuera, ordenó el pequeño desorden y subió hasta el cuarto de su madre, acostándose a su lado y dejando que las lágrimas que ambas emanaban se mezclaran en la misma almohada.