1.6

4.2K 504 117
                                    

"Don't ask if I'm happy, you know that I'm notBut at best, I can say I'm not sad"hope is a dangerous thing for a woman like me to have - but I have it, Lana del Rey

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Don't ask if I'm happy, you know that I'm not
But at best, I can say I'm not sad"
hope is a dangerous thing for a woman like me to have - but I have it, Lana del Rey

~

Era lunes en la tarde cuando Joan se encontraba caminando a un lado de Peter Parker. Ya habían salido de la escuela y habían acordado terminar su informe ese día, este se entregaba el viernes de esa semana. Cuando la chica le dijo al adolescente que no había apuro con acabarlo, él simplemente respondió "¡Déjame ser un nerd feliz!" causando una risa entre ellos.

     Apenas Joan salió del elevador siguiendo al adolescente, logró sentir eso que hace mucho no hacía, poniéndola en estado de alerta.

     El coro de "Gimme! Gimme! Gimme!" cantado por el grupo ABBA sonaba desde el otro lado de la puerta que Peter intentaba abrir, cambiando de llave de vez en cuando. La chica observaba su alrededor, cambiando la mirada entre la gran ventana con la fina capa de polvo al final del corredor, las baldosas blancas del suelo que estaban algo amarillentas por la antigüedad, y el foco de luz que seguía haciendo un ruido extraño aún apagado.

Y cuando lograron entrar, Joan se percató que el interior del departamento era muy distinto al pasillo. El lugar estaba ordenado y reluciente, adornado con flores en varios sitios, oía una voz que cantaba la canción que sonaba en el estéreo, un aroma a comida casera llegaba a las fosas nasales de la chica y una sensación de calidez recorría su piel, dándole un escalofrío ante ese sentimiento que hace mucho que no percibía.

El lugar se sentía como un hogar.

Peter Parker caminó hasta una habitación del lugar, la adolescente después de unos segundos decidió seguirlo, entrando a la cocina y encontrándose a su compañero charlando con una mujer que poseía un rostro angelical. Ella bailaba al ritmo de la canción que estaba por terminar mientras colocaba unas láminas de pasta sobre una fuente de vidrio.  Ambos se voltearon, percatándose de la nueva presencia en el lugar.

—¡Oh, hola! — Dijo la mujer, su voz sonaba angelical y cálida. — Soy May, la tía de Peter.

—Joan, soy su compañera en clase de historia.

— Tenemos un reporte que terminar, tía — le comentó el chico.

— Entonces no les quitaré más tiempo, les avisaré cuando la cena esté lista. Te quedarás a comer, Joan ¿no?

— Ay no, no quiero incomodarles — respondió ella algo incómoda, no quería una extraña comida con Peter y su tía.

— No hay problema en que te quedes, Joan — comentó el adolescente.

— Será un gusto tenerte aquí — cuando May le dijo aquello con una mirada que demostraba algo de anhelo y entusiasmo, ella no pudo romperle esa emoción.

— Está bien, me quedaré a cenar.

Luego de eso, los adolescentes se preocuparon de terminar su trabajo, cosa que lograron sin complicaciones. Decidieron que la próxima vez que tuvieran esa clase — que era el miércoles — le darían una última revisión antes de entregarlo.

La hora de la cena llegó. Joan estaba sentada junto a May y Peter Parker en la mesa redonda mientras que con su tenedor sacaba un poco de la lasaña recién hecha. La chica oía como el adolescente hablaba con su tía animadamente, Joan no hablaba mucho y si es que decía algo, era para responder preguntas que May le hacía.

—¡May! ¡Así no fue! — Dijo Peter a su tía.

— ¡Sí lo fue, Peter! Tu tío estaba atascado desde la cintura en el agujero — tía y sobrino rieron al acordarse del momento.

Y estando allí, viendo como Peter se mostraba feliz charlando con su tía, Joan sintió algo de envidia por Peter Parker. Sí, el adolescente no tenía a sus padres ni a su amado tío a su lado, pero aún así solo con May, el lugar se sentía cálido como un hogar lo era, algo que Joan ansiaba volver a tener y sentir.

El estar allí le hacía recordar y añorar esos momentos en los que su padre estaba sano en la casa, los tres simplemente hablando de su día durante la cena.

     Quería salir de allí, sentía que lloraría en cualquier momento y no quería incomodar el ambiente. Cuando Joan terminó la cena, esperó un par minutos antes de irse, diciéndole a la señora Parker que volvería otro día.

Por suerte de Joan, el transporte público a su hogar no se encontraba con muchas personas y pudo irse sentada tranquilamente mientras oía música a través de sus audífonos. Cuando ya estaba en su barrio y ya a menos metros de su casa, se percató del auto negro que no conocía aparcado fuera de su casa, y antes de que pudiera entrarle el miedo de que su madre podría estar en algún tipo de peligro, vio a Thai salir de la casa junto con un hombre que ella nunca había visto.

     Joan podía ver, desde la distancia, que el extraño sujeto sobrepasaba en altura a su alta madre, que su cabello estaba peinado naturalmente hacia atrás y que su atuendo era casual, pero no de una manera desaliñada.

     Vio al sujeto acercarse a su madre para dejarle un lento beso en la mejilla, y después alejarse para subirse al auto del ya no tan desconocido dueño. Espero unos minutos después de que su madre se entrara, y que el hombre se fuera, para seguir con su camino y llegar a la casa.

     Al entrar, la madre estaba en la cocina esperando a que el agua estuviera en la temperatura correcta para un té mientras buscaba algo para endulzarlo.

—¡Hola querida! — Gritó Thai buscando en la alacena cuando escucho el sonido de la puerta principal cerrarse.

—Hola mamá — respondió en voz baja aún con sus cosas en mano mientras observaba a su madre desde la entrada de la cocina.

     Thai levantó la mirada de la alacena para ver un extraño comportamiento en su hija.

—¿Pasó algo? Suenas distraída.

— Nada mamá, día largo solamente.

— Entonces ve a acostarte querida, aprovecha de descansar — Thai tomo su taza con su té ya listo y sus respectivos medicamentos. — Buenas noches pequeña.

     La adulta subió las escaleras hasta su cuarto, dejando a la joven Joan observando las dos tazas llenas con té ya frío que se encontraban sobre el mesón de la cocina, dejándole una extraña sensación en la boca.

Status quo. | Peter Parker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora