Bajo mi piel. Sandra Sánchez. CAPÍTULO 16.

1.1K 55 40
                                    

CAPÍTULO 16

Suspiré y estaba a punto de unir mis labios con los de Luca, cuando un carraspeo provocó que nos separásemos abruptamente. Nos miramos a los ojos como preguntándonos qué era lo que acababa de pasar y Luca se fue hasta el borde de la piscina más cercano. Giré mi cuerpo en dirección al sonido y vi a Lise en un traje de baño de infarto. Llevaba un triquini dorado que se sujetaba a ambos lados de las caderas  con dos lazos. Tenía un profundo escote en forma de “V” tan grande, que parecía que en ese lugar no existía la gravedad. Lo que más me repateó fue que estuviese ahí sonriéndonos felizmente, como si se alegrase de haber llegado en el momento justo.

-          ¿Interrumpo algo chicos?— dijo amablemente.

-          En absoluto. — Atajó Luca.

-          Oh, estupendo. Sólo venía a darme un baño con Mónica. — Entonces fijó su mirada en mí— hey, ¿Tú no eres la chica de la recepción? emm…no recuerdo tu nombre, lo siento.

-          Soy Mia. — Dije muerta de vergüenza.

Cuando deseé que Matt pudiese estar ahí y ver cómo estábamos Luca y yo, estaba claro que no lo había pensado. Quizás Dios sí cumplía los deseos, sólo que se equivocaba escogiéndolos, porque seguro que después de que ella nos viese, sería cuestión de horas o de minutos que Matt supiera con pelos y señales lo que acababa de presenciar su amiguita.

Fui hasta las escaleras para salir de la piscina y justo cuando estaba pisando el último escalón Luca saltó por el borde, haciendo todo el espectáculo completo de músculos flexionados para Lise. Rodé los ojos. No podían ser tan simples los hombres por todos los santos. Además de Matt, la muy señora también tenía comiendo de la palma de su mano a mi amigo. No estaba celosa, sólo enfadada porque de repente parecían que todos los hombres que amaba me ignoraban. Recogí mi albornoz y me cubrí con él para salir de allí cuanto antes, ya que Luca estaba hinchado como un pavo real mostrando sus plumas a la hembra, listo para el apareamiento y ni siquiera sabía si me había ahogado o había salido del agua.

Estaba disponiéndome a salir de la sala, cuando me topé de frente con la damisela en apuros de las piedras en los zapatos, la dama de hielo, la Barbie Malibú… Se me ocurrían mil apodos para ella, y algunos más que no me atrevía ni siquiera a mencionar.

-          Perdone— dije con una amabilidad que no me nacía.

-          No se preocupe. Ambas íbamos distraídas. — Sonrió.

-          Mónica, mira ven, ¿conoces a Luca?— Gritó Lise a través de la habitación.

-          Ya voy Lise— dijo ella de vuelta y se marchó.

¡¿Qué?! ¿Juntas? ¿Qué broma retorcida era esta? Estaba comenzando a pensar que en breves instantes saldría el payaso de Saw montado en triciclo y me diría que para salir de ahí tendría que comerme o amputarme alguna extremidad, porque no podía ser verdad. Si las dos eran amantes de Matt ¿Qué hacían pasando tiempo juntas? Quizás no supieran que el troglodita trabajaba horas extras con la otra…y conmigo. O quizás sí y era una especie de relación liberal. Un menage a trois y cuando Matt necesitaba una dosis de realidad, recurría a mí. Estaba que echaba humo por las orejas. Murmuré una despedida y fui corriendo a mi cabaña después de ducharme y cambiarme de ropa.

Al llegar, miré el teléfono que me había dado Matthew y nada. Enfadada lo apagué y también desconecté mi teléfono personal. Si quería hablar conmigo, tendría que hacerlo en persona. Dormí como diez horas ese día seguidas. No quería hacer nada, sólo dormir como una marmota.

Bajo mi piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora