Bajo mi piel. Sandra Sánchez. Capítulo 19.

1.1K 49 44
                                    

CAPÍTULO 19.

Desperté sola la mañana siguiente. Escuché un pequeño jaleo en el baño de la habitación y el ruido de la ducha al abrirse. Miré al reloj situado sobre la mesita de noche y eran las siete y cuarenta de la mañana. Había madrugado demasiado teniendo en cuenta que no teníamos que ir a ninguna parte. Fijé la mirada en el lado en el que había dormido Matt. Estaba exactamente igual que la noche anterior y sabía por experiencia que Matthew no había dormido junto a mí esa noche.

Miré al frente y vi algo que había pasado desapercibido para mí el día anterior. Detrás de la puerta de acceso a la habitación había un sillón junto a una pequeña mesa de café. Sobre ella estaba el teléfono de Matthew en una pila de papeles y una botella con un vaso medio vacío de un líquido color ámbar. Empecé a inquietarme. Trabajaba demasiado, pero anoche había querido ver la película para dejar de lado el hecho de que sea Robert Walker el que le está robando a Luca, así que no entendía por qué había estado trabajando cuando unas horas antes quería olvidarse de todo. 

Estiré mis brazos adormecidos y bajé a la entrada para coger la maleta que Jeff había traído. Al subir de nuevo a la habitación no pude evitar que mi mirada se fuese directamente hasta esos labios sobre la chimenea. Me preguntaba de nuevo de quién serían y por qué era la única decoración que había.

-          Buenos días. – Me sobresaltó una voz.

Matthew había salido del baño y estaba en lo alto de las escaleras con una toalla enrollada alrededor de sus caderas mientras que con otra más pequeña secaba el exceso de humedad de su cabello. Tuve un orgasmo retinal. Mis rodillas fallaron y tuve que apoyarme en el pasamano para evitar caer al suelo. Estaba total y absolutamente irresistible con esa media sonrisa y esos ojos picarones mientras secaba su cuerpo.

¿Se me había desencajado la mandíbula? Oh Dios, no podía cerrarla. Aún me parecía increíble que apenas unas horas antes éste ejemplar perfecto estuviese haciéndome retorcer de placer. No podía evitar mirar esa “V” de sus caderas. Estaba boqueando como un pececillo fuera del agua.

-          ¿Volvemos a la etapa de hacerme radiografías? – Dijo sin dejar de sonreír.

-          Idiota.

-          Descarada. – Replicó guiñándome el ojo.

-          Cara dura.

-          Hermosa.

-          Exhibicionista. – Seguí en mis trece. No pensaba ablandarme al primer halago.

-          Y eso me lo dice alguien que va con las tetas al aire. – Respondió cruzándose de brazos y apoyándose contra la pared.

Miré mi propio cuerpo y tenía razón. Sólo llevaba puesto sus calzoncillos así que me tapé lo máximo que pude con los brazos y corrí escaleras arriba a esconderme. Cuando pasé junto a Matt extendió su brazo y me detuvo.

-          ¿Y mi beso?  – Dijo junto a mi pelo.

Como lo que quería era correr a ponerme algo de ropa, le di un pequeño beso con los labios apretados y salí huyendo de nuevo, no sin antes escuchar las risas de Apolo. No era la primera vez que hacía eso de detenerme en mi intento de huida, pero siempre caía.  

Bajo mi piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora