Bajo mi piel. Sandra Sánchez. CAPÍTULO 12

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CAPÍTULO 12

Era sábado por la noche y después de la cena que había preparado Matt, sugirió que nos diésemos un baño en el jacuzzi exterior. La idea me encantó pero me entró el canguelo[1] enseguida cuando me puse a pensar que había animales salvajes sueltos por ahí fuera acechando en el fragor de la oscuridad.

-          Enserio, me da miedo Matt.- Dije haciendo un puchero.

-          Los animales no se acercan. A ellos les das más miedo tú- respondió riendo.- Venga, ponte el bikini, aunque si quieres bañarte desnuda no tengo ninguna objeción.

Me guiñó un ojo seguido de una palmada en el trasero. Fui hasta el baño para cambiarme y me miré en el espejo. Se me veía diferente, más feliz. Mis ojeras estaban comenzando a desaparecer de mi rostro y en mis ojos había un brillo que antes no existía. Recogí mi pelo en una cola alta y me puse el traje de baño. Era rojo pasión con pequeñas incrustaciones de pedrería en el canalillo, dejaba más al descubierto de lo que tapaba. A través de los laterales de la parte superior, mi busto asomaba al igual que por el generoso escote. La parte de abajo constaba de una braguita brasileña que se ataba a ambos lados de mis caderas con un lazo, me hacía un culo de lo más sugerente.

[1] Miedo, temor.

No me habría atrevido a usar este bikini con otra persona que no fuese Luca o Becca si no fuese porque después del día anterior, mi cuerpo ya no era un secreto para Matthew, así que ¿Por qué ocultarlo? Si lo quería disfrutar estupendo, me encargaría de darle algo por lo que babear durante un rato. Ya preparada salí del baño y pude ver a Matt en el exterior dejando una silla junto al jacuzzi. Encima de ella había una cubitera con una botella de lo que supuse sería champagne y dos copas.

Salí despacio y me quedé apoyada en el marco de la puerta. Matt llevaba un bañador a media altura de su muslo de color blanco. Carraspeé para que supiera que ya estaba allí y me enderecé sacando pecho e intentando poner la pose más sexy que pudiese teniendo en cuenta que era noche cerrada y no se veía demasiado.

-          Estás…guau- dijo Matt parpadeando.

-          Gracias tú también lo estás.- le respondí sonriendo mientras veía cómo se acercaba.

Vino hasta mí y me besó apasionadamente. Sin pedir permiso, sin remordimiento.

-          Vamos a meternos en el agua antes de que te desnude aquí mismo.-Susurró.

Después de un rato, estábamos sentados cómodamente en los asientos incorporados del jacuzzi con miles de burbujas golpeando nuestros ardientes cuerpos. Matt nos sirvió a ambos una copa de lo que supuse bien que era champagne. Una gota resbaló por la comisura de mi boca pero se apresuró a recogerla con el pulgar. Acercó el dedo a sus carnosos labios y cuando pensaba que iba a introducirlo para saborearlo, sacó la lengua y dio una lenta pasada, provocando que un jadeo ahogado escapase de mí. Me dedicó una sonrisa ladeada que correspondí y me acerqué a él. Quería besarlo, así que no tenía sentido que reprimiese mis ganas.

Fui hasta él como una sirena, intentando encandilarlo y seducirlo. Justo cuando estaba a punto de colocarme a su lado Matt me cogió de un puñado y me sentó sobre su erección.

-          Tú te sientas aquí.

Le sonreí y me lancé a la aventura de sus labios. Le recorrí el pecho con ambas manos mientras notaba como él acariciaba mi culo.

-          ¿Sabes? Casi me abalanzo sobre este precioso trasero cuando has entrado en el jacuzzi, deberías felicitarme por mi auto control.

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