Normalidad

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Los días pasaban y Emy no iba al instituto, le explico a Óscar muy brevemente lo que estaba pasando, pudo llamarlo 5 minutos antes de que le quitaran su teléfono y se lo rompieran en mil pedazos.

Estaba acostada en su cuarto, mirando a la nada, ya no sentía nada, estaba como entumecida del dolor físico y sentimental.

Se levantó silenciosamente (eran las 5 de la mañana) y fue al baño, al entrar evitó mirarse al espejo. Se lavó el rostro y suspiró.

Levantó el rostro para mirarse y una lágrima se le escapó. Tenía un ojo morado y un par de moretones más en el rostro y en el cuerpo.
Su padre la había golpeado hasta no poder más y su madre solo fue espectadora. No hizo nada, se quedó allí mirando.

Mi hermanito apareció cuando me estaban golpeando y comenzó a llorar. Es tan pequeño que no entendía que estaba pasando.

Luego de eso, mis padres me encerraron aquí. Me dijieron que era un monstruo, que debería morir y muchas cosas más. Ahora la próxima semana volveré al instituto, pero necesito cubrir estos moretones.

Ahora estaba sola, confiaban en que no me escaparía y están en lo cierto ¿donde rayos iría?

Estaba sola, nadie la podría ayudar con esto.

Llore y llore aún más, esta vida era una mierda, quizás ..... ellos tienen razón, quizás debería morir y ya.

Emy se recostó nuevamente y durmió aún más; es lo único que le hacía bien.

(Pasaron horas)

Estaba mirando el techo nuevamente, sin expresión en su rostro, podía escuchar que sus padres volvieron a casa. Sintió sus pasos llegar a donde estaba, abrieron la puerta. Pero ni si quiera quizo mirarlos.

-Levántate y ven a comer- era la voz de su madre, por lo menos eso le alivió.

Emy no respondió nada, solo se quedó recostada sin señales de querer moverse.

-Vamos, Emy- insistió la madre- si no vienes tu padre se enfadará.

Emy se lo pensó dos veces, no quería un drama nuevamente, no quería llorar y sufrir otra vez.

Se levantó y camino arrastrando los pies, el peso de su cuerpo era más de lo normal, no quería moverse, no quería hacer nada. No están de ganas.

Camino hacia el comedor donde ya estaba su padre sentado comiendo, junto a él estaba el hermano pequeño.

Me senté frente a él, mi madre se sentó junto a mi.

El pequeño de mi hermano me miró con curiosidad. Seguramente por los moretones que tenía en el rostro.

Comencé a comer en silencio, no quería mirar no dirigirle la palabra a mi padre.

-Luego de comer te iras a tu cuarto, entendido?-hablo el padre.

-Si.

-Estabamos conversando con tu padre ... y pensamos que quizás sea bueno que salgas la próxima semana, vayas al instituto y trates de integrarte nuevamente a la normalidad.

-Exactamente, a lo normal- me miró mi padre- ademas, tu madre me comentó sobre Matt.

-¿Y que tiene de importante Matt?- preguntó Emy.

-Es muy importante hija- hablo la madre- quizás sea bueno que intentes algo con el, ya sabes para quitarte esa confusión que tienes en tu cabeza.

-no estoy confundida- murmure ya harta.

-Si que lo estás!-gritó mi padre- mira niñata, vas a ir la próxima semana e irás donde Matt y lo intentarás con el o de lo contrarío te dejaremos en la maldita calle sin un peso para comer, quedarás fuera de nuestra herencia y de nuestra vida.- mi corazón se detuvo, la sorpresa me golpeó de inmediato, ¿me iban a echar a la calle?

Señorita Blanchett Donde viven las historias. Descúbrelo ahora