Una clasificación, una disculpa y un «algo más»

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Nota de Autor:

Espero que el comeback después de la guerra (el bloqueo) esté a la altura. Infinitas gracias a quienes continúan aquí y han venido a leer, incluso después de tanto tiempo. Y todo mi amor a quienes me estuvieron tratando de animar , a pesar de que algunas veces parecía no tomarlo del todo bien por la presión y la ansiedad; los adoro desde el fondo de mi corazón.

Rigel.-


CAPÍTULO 16

Había estado tan distraído esos días con el tema de Teshiro, los entrenamientos y las clasificatorias a la vuelta de la esquina, que Kenma no se había fijado mucho en los números de los días, sino nada más en el nombre. Mientras se cambiaba esa mañana recibió un mensaje de Shōyō, quien le preguntaba cómo iban los entrenamientos y le contaba que Karasuno estaba entrenando intensamente de cara a las Nacionales. Además, le recordaba que le estaría esperando ahí, que debía darlo todo durante los siguientes días para también clasificar. Kenma agradecía aquel modo de animarle, a pesar de que pensaba esforzarse por su propia cuenta de todos modos.

Terminó de cambiarse la pijama por el uniforme deportivo y, aprovechando que tenía algo de tiempo al haberse despertado temprano, se sentó en su cama para responder el mensaje de Shōyō. No cambió el asunto, nunca lo hacía, pero mientras sus ojos se paseaban por la pantalla para enfocar el cuadro de texto y tocarlo con su índice, por un momento creyó tener mal la vista. No era así; los números estaban ahí, en la fecha, y los comprobó deslizando la pantalla de notificaciones hacia abajo.

Sábado catorce de noviembre.

¿Cómo podía haberse traspapelado así con las fechas? Había sido descuidado, creyendo que aún quedaría una semana o más. Pero no, apenas quedaban tres días para el cumpleaños de Kuroo. Cumpleaños que, además, coincidía con la semifinal y la final de las clasificatorias a las Nacionales del martes. Pero no podía ser el único, no cuando ni siquiera había escuchado un comentario de sus compañeros sobre la fecha.

Seguramente todos estaban demasiado concentrados en las clasificatorias y lo habían pasado por alto. Incluso el mismo Kuroo, o habría estado canturreándole desde el día diez que en una semana tendría que cumplir una petición suya sin rechistar debido a un contrato infantil que había firmado en tercero de primaria, luego de haber olvidado comprarle un regalo. Un simple pedazo de papel que decía "Vale por una petición libre de objeciones el día de tu cumpleaños por los siguientes cien años" o algo así de tonto. En ese entonces había parecido adecuado, un buen modo de subsanar el daño que podía causar su descuido y que sólo le había costado prácticas intensivas de vóleibol cuatro domingos seguidos; ahora, luego de ocho años, se sentía como una especie de condena. Los demás años había tenido un buen regalo que darle a Kuroo sin falta, pero este igualmente había hecho uso del contrato en cada ocasión. No recordaba todas las peticiones, pero unirse al equipo de vóleibol en secundaria había sido una de ellas ―aunque él en ese entonces pensaba hacerlo de todos modos―, al igual que una salida al cine a ver una película que Kuroo había esperado mucho tiempo, y el acceder a ir a Tokio Disney Sea con los padres de ambos, todos con camisetas a juego.

Ese año no sería la excepción, tuviera o no regalo de cumpleaños para él. Sin embargo, esta vez sí le preocupó de un modo distinto. No sólo por el tipo de petición que podría recibir, ya que conocía lo suficientemente bien a Kuroo para saber que incluso con eso no lo obligaría a hacer nada que él odiara de verdad o que en serio no quisiera, sino porque ya no eran sólo amigos. Tampoco eran pareja; ninguno había hablado de ello ni le había pedido serlo al otro, pero se gustaban. Se querían, además de como amigos, de otro modo distinto. En su propio cumpleaños ya se habían besado hasta dormirse, casi un mes atrás; ¿qué ocurriría en esa ocasión? Ellos habían avanzado en sus muestras de afecto, sí, pero la idea de ir más allá seguía poniéndole nervioso debido a su inseguridad.

¿Se puede aprender a querer? (KuroKen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora