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-ah~ ah~ mierda! Ah aah! Aaah-!- grita la gata mientras la embisto contra una de las paredes tomadola del pelo y uno de los brazos.

Jadeo y sigo con fuerza, pero sinceramente no lo estoy disfrutando, no tengo ese placer de ver llorar y oir gritar a mis presas, es mas, me siento asqueado y quiero vomitar, aunque las corrientes de mi cuerpo siguen, me siento completamente sucio.

No tardo en correrme en ella, dando un pequeño quejido al soltar mi esperma en su interior. Respiro pero no me siento satisfecho ni gustoso, y eso me frustra.

-listo nenas, ahora me voy- me coloco bien la chaqueta y arreglo mis púas, las tengo desordenadas

No dejo que me digan algo, simplemente me alejo y voy a la barra del bar saliendo de nuestro escondite. No entiendo por que me siento tan miserable, acabo de tener sexo con dos sexys hembras, pero me siento horrible.

-dame lo mas potente que tengas, una botella- le digo al barista

-si señor- responde mientras me pasa una botella negra, la cual me empino bebiendo la mitad de un trago

-que es lo que pasa conmigo?- gruño mientras golpeo mi cabeza contra la madera de la barra

Mierda, no puedo, simplemente ya no puedo tener sexo con nadie mas que con.... Zonic. Su imagen me atormenta en un instante y ya siento el calor y la electricidad de la excitación recorrer cada fibra de mi cuerpo.

Termino de tomarme la botella y dejo el dinero en la barra para el que atiende. Miro un momento el salón del lugar, pensando en zonic, deseando que las horas pasen rápido.

Mi mente divaga en los últimos días, sus expresiones, sus jadeos, su rostro al lograr que toque el paraíso conmigo, y ese maldito aroma a café mezclado con flores me envuelve aunque nadie en este lugar tenga ese olor.

-aaaaaahhh!!- un grito me saca de mis ensoñaciones, miro a la dirección y por curioso voy a ver, alguien está convulsionando en el suelo, es la gata celeste que me cogi hace un momento y en su mano tiene un par de inyecciones, una con un líquido rosado claro, creo que es una sobre dosis, pendeja, aunque llamen a la ambulancia no la salvarán.

Aunque, quien sabe, no conozco esa droga, parece ser nueva. En cuestión de segundos deja de moverse, se queda desplomada con los ojos abiertos y en blanco, muerta. No, es bastante potente, quizás experimental.

Varios salen corriendo como locos al verla fría como el hielo, puesto que acaba de morir alguien con droga y vendrá la policía, en pocas palabras, todo aquel que estuvo presente pasará en la cárcel. Me agrego a la colmosion y salgo como demente de allí, no quiero que esto me meta en problemas.

Salgo de allí y me voy entre callejones hasta el departamento, entrando por la ventana, respiro rápido y agitado, espero que nadie me haya visto. Miro la calle por la ventana, y escucho algunas sirenas a lo lejos. Cierro la ventana y me tiro al sofá a descansar un momento.

Uf, de la que me salvé.

Cuando ya estoy mas calmado del susto, me quito la ropa y me voy a dar un laaaargo baño quitándome el tinte y la asquerosa sensación de esas dos.

Después de un día aburrido y algo cansado, regreso a casa, pero tan solo entrar soy atrapado por los brazos y los labios del verdoso.

Por la sorpresa pierdo un poco el equilibrio pero el me sostiene antes de caer.

Me quedo un poco ido pero cuando me compongo lo aparto de mi de un empujon limpiándome los labios, jadeo y mi cara arde.

No entiendo su arremete contra mi y no me importa entenderlo.

-y a ti que putas te pasa?!- gruño un poco

-tsk, odio quedarme todo el puto dia encerrado aquí, obviamente quiero un premio por no haber roto esa estúpida puerta he irme a la mierda- me gruñe a mi

-es culpa tuya en primer lugar que te deje aquí, agradece que no te dejé amarrado como perro a la pata del sofá- le respondo dejando mi casco al lado de la puerta junto a mi arma y mis llaves

-no es mi culpa que me dejes encerrado aquí si en primer lugar me debias regresar a la puta z..- le tapo la boca antes de que diga algo más porque escucho la puerta, carajo, demasiado ruido.

Le hago una seña que se quede callado y el chasquea la lengua.

Abro la puerta y veo a un mapache café de avanzada edad al otro lado, quien es mi vecino.

-buenas noches oficial zonic- dice apenado –siento molestarlo a esta hora es que escuche una pelea y creí que tendría algún problema, todo bien?-

-si, todo bien- digo calmado –y si es una pelea pero con un conocido que hospedo en casa, es... algo normal entre nosotros- por desgracia es verdad, desde que nos conocemos, y trataba de capturarlo, nos peleavamos

-ho? Enserio, no vi que entrara con alguien-

-fue hace unos días y de madrugada- lo miro con seriedad pero no molestia, no puedo culpar que se preocupe por si hay alguien extraño, es natural

-ho, comprendo-

-zonic! Ven a comer ya o lo tiro a la basura!- este idiota ... Voy a ponerle una mordaza

-je, parecen llevarse bien, yo me llevaba así con mi primo, es bueno, entonces no los molesto, pero deberían no gritar tanto, los demás vecinos se pueden preocupar cuando se escucha por las paredes y eso que son gruesas- dice -descansen-

-si, igual- es lo único que digo para despedirme con la mano y cerrar la puerta.

Suspiro colocando mi cabeza en la puerta, mi vida es un caos.

-que bueno que ya se fue, que tal si jugamos un poco ahora~- lo escucho en mi oreja para que después sentir que la muerde haciendo que jadee y obligando a sostenerme mejor de la puerta.

Sus manos comienzan a acariciarme el pecho y vientre mientras ataca sin compasión mi oreja. Causándome escalofríos.

-bas... basta, déjame aunque sea comer mierda- me resisto como puedo, las sensaciones son demasiado placenteras que mi cuerpo no quiere que me aparte

-bien, pero solo por que yo preparé la comida- lame mi oreja –pero quiero mi premio por buen niño comandante, y lo voy a exigir- ríe y se aparta yendo a la cocina

Suspiro con fuerza calmando mi cuerpo y recobrando en control, carajo, de nuevo estaba cayendo en su juego, su alucinante juego que me hace perder la cabeza.

Sin Escape (Zonourge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora