No todo es lo que parece

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Una vez alcanzado el paraíso caigo en la cruda realidad de que no estamos en el sitio idóneo, y recuerdo que Ana está todavía en la mesa esperándonos.

- Chicos siento ser la que de las malas noticias pero Ana esta esperándonos y tenemos que irnos a la empresa. – los observo mientras arreglo mi ropa. – así estoy bien.

- No princesa voltéate que atrás está un poco arrugado. – volteo dándoles la espalda y los dos se acercan y lo primero que siento es una agarrada de culo seguido de un apretón en la pierna.

- ¡Ay!. – grito cuando siento un pellizco me volteo quintado sus manos a manotazos. – Pero qué pasa con ustedes.

Ponen cara de cachorritos.

- Perdón princesa no lo pudimos evitar

- Si nena no lo vamos a volver hacer

- Si claro, casi les creo vamos que ya tenemos mucho tiempo aquí

- Un besito para hacer las paces si – No puedo evitar decirles que no, estos hombres cada día me vuelven más loca

- Ok uno chiquito para irnos a trabajar que ya paso la hora de la comida

Poso mis labios en Alex que es el que está más cerca una vez su boca está en la mía no puedo evitar perder la noción del tiempo y lo que empezó como un beso casto se volvió el mas erótico no puedo evitar deslizar mis manos por todo su ancho torso cuando escucho un carraspeo

- Chicos lamento interrumpir pero si no queremos que se nos valla otra vez de las manos mejor lo dejamos hasta aquí.

- Si Max tiene razón. – camino hacia la salida cuando siento una mano agarrando mi brazo arrastrándome a un ancho pecho

- Un momento princesa y mi beso. – no puedo evitar sonreír y seguido de eso me acerco a sus boca dándole el mismo tipo de beso que le di Alex, me siento adicta a estos hombres.

Como con Alex el beso se sale de control y ahora es Alex el que carraspea

- Chicos vamos por favor si no nunca vamos a salir de aquí

- Si será mejor. – dice Alex dejando la puerta abierta para mi

Salimos los tres ellos atrás como si estuviera escoltándome lo que ellos creen es que yo se que lo que están haciendo es viéndome el culo y como a mí me gusta darle guerra decido mover mis caderas de la manera más sexi que se. Y sé que conseguí el objetivo cuando escucho dos gruñidos similares viniendo de ellos.

Me acerco a nuestra mesa y por la sonrisita estúpida que tiene Ana siento que va a decir que va a decir una estupidez apenas abra la boca, y por lo que dice no me equivoque en lo más mínimo.

- Victoria vino tu novio el dueño del restaurante, el hermano del chico que nos atendió cuando llegamos, que hombre más guapo, amiga tienes una suerte, me dijo que no debemos nada que todo lo tuyo y de tus amigos siempre va a ir a cuenta de la casa así que ya nos podemos retirar.

No me dan oportunidad de contestar porque soy interrumpida por los chicos, que visto por sus expresiones no les gusto el comentario de Ana me molestaría mucho si le creyeran a sus palabras maliciosa.

- Señorita Andreas, señorita Riquelme ya es hora de trabajar. – dice Max con mala cara observo a Alex y tiene la misma expresión en su rostro y cuando crees que no la pueden cagar mas aparte de creerle a la pez de lagarto, jamás pensé que iba a decir esto pero su comentario dolió.

- Señorita Andreas despídase de su noviecito y a la próxima que lo quiera visitar no nos traiga con usted, aparte no necesitamos que nadie nos pague la comida. – suelta Alex cada palabra como acido dirigido a mi no lo puedo creer si hacia unos segundos estábamos los tres juntos pensé que... por eso no siempre las cosas buenas le pasan a uno.

- Pensábamos que estaba soltera señorita Andreas debería respetar más a su novio. – termina Max ahora sí que los mato

Y cuando le voy a discutir vuelvo hacer interrumpida pero es que nadie me va a dejar hablar.

- Vicky me dijo Víctor que estabas aquí. – llega Ángelo a abrazándome y no puedo evitar aferrarme a él, por el dolor que está recorriendo mi cuerpo de arriba abajo.

- Ehy pequeña que pasa porque esa carita. – observa detrás de mí y recuerdo donde estoy.

- Ángelo te presento a mis jefes y mi compañera de trabajo.

- Mucho gusto. – dice Ángelo sin soltarme pero en ese instante recuerdo que yo no necesito que nadie me defienda yo puedo con todo y si ellos creen que me conoces se van a llevar la sorpresa de su vida.

- Bueno pequeña Salí corriendo porque necesito que me hagas un súper favor.

- Bueno me gustaría seguir formando parte de su conversación pero nosotros nos vamos y la señorita Andreas ya está llegando tarde.

- No tranquilo es rápido. – dice mientras me observa fijamente y ya sé que es lo que me va a pedir. – bueno pequeña le quiero proponer a Rita que se case conmigo. – escucho gemidos y gruñidos de incredulidad y no puedo evitar sentir mas decepción.

- Disculpa. – dice la pez de lagarto cada minuto la odio mas pero estas me las paga. – pero ustedes dos no son novios

- ¿Quién Vicky y yo?. – suelta una carcajada. – si nosotros cuatros somos como hermanos, aparte Vicky no se junta con cualquiera tiene que ser muy especial para conquistar su corazón. – esto último lo dice con mucha ternura.

- Bueno idiota dime el favor que ya me tengo que ir. – y es que no aguanto más tener que ver a este trió de imbéciles

- Ok pequeña no me puedes decir que no

- Coño Ángelo ni lo sueñes primero muerta

- Vicky si me dices que si hago lo que me pidas. – eso sigue sin convencerme.

Cuando escucho que alguien habla, coño porque siempre me olvido de lo que tengo alrededor

- Que necesitas de Vicky. – a ahora si soy Vicky ya no soy señorita Andreas. – volteo de golpe y suelto de golpe

- ¿Y ustedes no se retiraban?

- No si es por mí ya me hubiese ido. – dice la pez de lagarto

- Mi reina allá está la puerta procura que no te dé en el culo esquelético que te gastas.- suelta un jadeo mientras los hombres se ríen a carcajada lo que me faltaba pues ahora soy payaso de ellos, mejor corto esto de raíz

- Está bien es toda tuya pero un solo rayón y mueres de la forma más cruel que se me ocurra.

- Lo juro Vicky te la voy a cuidar como me bebe. – dios pero que hice

- Está bien ya sabes donde están las llaves me voy te deseo suerte saludos a Rita. – voy hacia la puerta cuando recuerdo lo más importante. – a y dile a Rita que como te rompa el corazón yo le rompo la vida

- ¡Te quiero pequeña! – es lo último que escucho cuando salgo del restaurante

- Vicky podemos hablar contigo. – los observo a los dos con sus caras de arrepentido pero recuerdo todo lo que paso en menos de una hora y no, no vale la pena arriesgar el corazón por esto.

- Disculpen señores Evans pero ya es muy tarde y tenemos mucho trabajo atrasado. – digo caminando hacia la empresa con mi frente en alto.

Nada como una fuerte caída para poner los pies en la tierra... 

Security Guardian por que amar a dos no es pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora