Secuestro

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Albus caminaba rápidamente a la enfermería sin saber con exactitud lo que había sucedido. Hace unos instantes, la directora en persona, había interrumpido la clase de pociones para indicarle que lo acompañase un momento al pasillo. Albus había cruzado miradas nerviosas con Scorpius, y el rubio temió que se tratase de algo relacionado con ambos, pero el llegar al corredor, McGonagall solo se limitó a hacerle un gesto con la cabeza para indicarle que lo siguiera sin pregunta alguna. Albus intentó adivinar los pensamientos de la directora, pero era imposible con tanta prisa, y al encontrarse detrás de la mujer no podía ver la expresión de preocupación que tenía en esos instantes. Después de todo lo sucedido en los últimos días, Albus esperaba cualquier cosa, todo menos lo que estaba a punto de ver. McGonagall lo condujo hasta la enfermería y lo llevó hasta una cama oculta detrás de un biombo blanco, al ver quien estaba ahí tuvo que llevarse una mano a la boca para ahogar un gemido de sorpresa. James estaba recostado, tenía magulladuras en todos lados y moretones en los brazos. Al escuchar pasos, James despertó dando un ahogado gemido de dolor, quiso moverse pero una sola mirada basto para que Albus se diese cuenta que su hermano estaba muy débil y la estaba pasando realmente mal.

- ¡James! ¿Pero qué sucedió? – dijo Albus sentándose rápidamente en una silla cercana y tratando de sacarle la verdad al moreno.

- No lo sé muy bien, no recuerdo mucho... - dijo James con un quejido.

- ¿A dónde fuiste? ¿Con quién te peleaste?

- Con nadie...

- ¡James! Nuestros padres se morirán si te ven en ese estado. ¡Dime lo que pasó en verdad!

- ¡No sé bien! ¡Solo sé que se llevaron a Ly! Y yo... no pude hacer nada. No pude ayudarlo – James bajó mucho el tono de su voz al decir lo último, su mirada se desvió y Albus pudo ver que estrujaba la sábana con nerviosismo y preocupación.

- ¿¡Cómo!? ¿¡Qué estás diciendo!?

- ¡Lo que escuchaste! – Gritó James sin poder contenerse. Había empezado a morderse el labio inferior, cosa que hacía cuando se encontraba realmente enfadado. En esos instantes, lo único que deseaba era salir corriendo de esa enfermería e ir a buscar al rubio por todos los rincones de Hogwarts. Aunque, no podía evitar pensar en que Lysander no se encontrase en el colegio, tal vez lo habían llevado muy lejos y eso dificultaría mucho las cosas. James estaba inquieto, sabía que en ese estado no podría hacer nada, odiaba verse vulnerable.

- Ambos, tranquilícense por favor, el discutir no hará que las cosas se resuelvan. Albus, las heridas de tu hermano sanarán pero tardarán en hacerlo. Temo decir que fueron ocasionadas por magia oscura, pero una magia básica, al parecer se ha creado un grupo secreto que está practicando artes oscuras en la propia escuela – dijo la directora frunciendo el ceño al recordar días pasados en donde hubieron ataques por parte de fanáticos locos y murieron muchas personas queridas.

- Pero, ¿magia oscura? Pensé que mi padre...

- Su padre acabó con el principal líder, pero la magia oscura siempre va a existir señor Potter. Déjeme decirle que esto ha sido un ataque provocado por alumnos, porque si hubiese sido un mago adulto quien hubiese atacado a James, ahora estaría muerto. Su hermano se recuperará, pero Lysander Scamander ha sido secuestrado por este irresponsable grupo de personas, él podría encontrarse en la escuela o muy lejos de aquí. Hogwarts detecta si se usa magia para salir de la escuela, pero hay otras maneras de escabullirse. Ayer por la noche envié una lechuza al ministerio de magia y a los padres del chico, la señora Scamander ya debe encontrarse en el país y...

- ¿¡Dónde está ese idiota que permitió que secuestraran a mi hermano!? ¡Si no está muerto lo mataré yo mismo! – dijo una malhumorada voz que interrumpió a la directora en esos momentos.

Dos claveles y una rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora