Scorpius Malfoy se encontraba entre la espada y la pared desde que Albus Potter le dio aquel ultimátum. En verdad, había sido un idiota por creer que Albus pudiera aceptar fácilmente su propuesta, sabía muy bien que estaba siendo egoísta y de seguro cruel. Scorpius estaba sentado sobre su cama con la espalda apoyada contra la pared, en su mente flotaban aquellas palabras que el moreno le había dicho la noche anterior, palabras tan ciertas que realmente le dolían. Pocas veces había escuchado a Albus con aquel tono de voz y por eso, sabía que hablaba muy en serio. Después de aquella charla le había sido imposible conciliar el sueño, estaba enfadado consigo mismo, furioso por no haberle respondido como en verdad quería... ¡Es que tenía tanto temor!, no se imaginaba hablar con su padre sobre aquel amor que sentía, no podía verse en el lugar de Albus y ser tan valiente como para admitir que amaba a otro hombre, no estaba preparado para ello y menos para destrozarle los deseos de que su único hijo formase una familia. Scorpius sentía que su corazón se estrujaba con el solo pensamiento de perder a Albus, pensó que al darle lo que restaba de los años escolares estaría bien, pero, solo se engañaba. Todo era una mentira, nunca debió permitir que su relación con Rose fuera más lejos, al menos hasta saber lo que quería. ¿Cuándo podría parar todo aquello?, ¿o esperaría hasta estar casado con Rose y tener hijos? Scorpius se estremeció, amaba tanto a su padre que podría seguir adelante con esos planes si tan solo no estuviera enamorado locamente de Albus, pero tarde o temprano la verdad saldría a la luz.
- ¿Qué es lo que deseo? Yo deseo... terminar la escuela y quedarme con Albus para siempre, pero, no quiero decepcionar a mi padre, no puede sufrir por mi culpa.
El joven Malfoy se pasó una mano por los cabellos nerviosamente, aun le doliese ser llamado "cobarde" sabía que Albus tenía toda la razón, siempre había sido un cobarde y todos sabían eso desde que pisó Hogwarts. Scorpius recordó como era despreciado al principio, visto como un débil y encima dudaban que fuese hijo de sus padres por su personalidad tan opaca. Fue Albus quien lo quiso conocer, que lo valoró, quien lo protegió y entendió, siempre Albus estaba en cada uno de sus pensamientos, sobre todo en aquellos en donde estaban juntos como algo más, en donde lo abrazaba, besaba y tocaba. Scorpius se mordió los labios tratando de calmar su ansiedad, pero con cada recuerdo iba hundiéndose más en su propia mentira. Aquella mañana había faltado a dos clases y dudaba en bajar después del almuerzo, se había reportado enfermo y felizmente el prefecto no había hecho más preguntas, simplemente aquel día no tenía valor para ver a nadie a la cara y menos a cierto Potter, ya tenía suficiente tortura con tener que compartir habitación con él.
Por otro lado, James Potter tampoco había conciliado el sueño por esperar alguna lechuza proveniente del hospital. Parecía que nadie le informaría sobre el estado de Lysander y no era para sorprenderse, sabía que Lorcan tenía todo el derecho de reservarse la información, pero no podía soportar más tiempo sin saber nada. A la hora del almuerzo salió rápidamente hacia el gran comedor y buscó a su hermano con la mirada, había pensado en hablar con Lily, pero sería comprometerla demasiado, tenía que ser Albus ya que era amigo del rubio y no habría problemas con él. James espero unos minutos hasta que lo vio sentándose solo en un rincón, inmediatamente apresuró el paso y se sentó a su lado con una expresión seria.
- Tienes que escribirle... - dijo James en un susurro.
- Perdón, ¿escribir qué y a quién? – dijo Albus sin mirarlo.
- Al hospital ese...
- Ya veo que Lorcan cumplió con su promesa de no informarte nada.
- ¡Se supone que Lupin lo iba a hacer!
- ¿Me puedes dejar almorzar siquiera?
- No te vas a morir si no comes, ¡tienes que escribir al hospital ya! Tengo que saber cómo está Ly.
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Dos claveles y una rosa
FanficScorpius y Albus han sido amigos desde el primer año en Hogwarts, y ahora se preparan para su sexto año. Sin embargo, Albus se siente confundido respecto a su relación con su amigo. Todos esos años, su amistad se a fortalecido, tanto que cualquiera...