Cap. 18: Como nunca.

81 7 1
                                    

A mi alrededor había demasiada luz. Cuando pude ir adquiriendo consciencia tuve claro que aquella no era mi casa, ni tampoco la enfermería del instituto. Giré la cabeza como pude para buscar algo que ver, y me encontré una figura blanca de cabeza negra. Poco después me di cuenta de que era un médico. Justo al lado, media cabeza por encima de él, reconocí sin esfuerzo la figura de Axel. Me resultaba demasiado familiar para preguntarme qué o quién sería. 

-¿Puedes verme?

-No muy bien.-contesté. Me alegré al darme cuenta de que mi voz no presentaba problemas y mi capacidad para hablar tampoco. Lo que sentía eran sólo mareos, vista borrosa, y ganas de vomitar. Además de un enorme dolor en la cabeza. 

A medida que fui recuperando la vista distinguí más cosas. El nombre del médico en su placa, los bolis que tenía atados al bolsillo del pecho, mi nombre escrito en el informe, el zumo de naranja que tenía sobre la mesita y el rostro preocupado de Axel. En algún momento recuperé la visión del todo, aunque la cabeza siguiera dándome vueltas. 

-¿Qué me ha pasado?

-Eso nos llevamos preguntando un buen rato. 

Aquella respuesta por parte del médico me pareció poco conveniente. En aquel estado la mala hostia me subía muy rápido; tuve ganas de contestarle, pero tuve claro que nada de lo que fuera capaz de decirle me llenaría. 

-Alguien llamó desde una cafetería diciendo que te habían encontrado inconsciente en los baños.-se limitó a decir Axel. 

Me acordé de que lo quería. Era exactamente la respuesta que quería y que necesitaba. Claro que a raíz de ella surgieron muchísimas preguntas, pero eso era lo de menos. El caso era que por fin estaba bien, que sabía dónde estaba y con quién. Dentro de todas las catástrofes posibles aquello era un pequeño incidente que no me preocupaba demasiado. Y no entendía porqué, porque no estaba en la mejor situación de mi vida para presentarme impasible ante cosas así. Pero lo estaba haciendo y lo sentía como algo más sano que preocuparme. 

El médico abandonó la sala redactando el informe de mi despertar, dejando a Axel a solas conmigo. 

-Ren... ¿podemos hablar? 

-En vista de que conservo la capacidad, yo diría que vamos a poder. 

Se echó a reír para sus adentros pero se veía que no tenía demasiadas ganas. Se sentó a mi lado en la cama, mientras yo me incorporaba aprovechándome de que por alguna razón ya había un enorme cojín acomodado detrás de mí. Axel me echó una mano, dejándome sentada en la cama. Los mareos fueron cesando una vez mi cuerpo se relajó. 

-Quería hablar de lo de hoy. Quiero decir... de cuando me fui corriendo. 

Mi respiración se tomó un descanso por unos segundos al recordar el episodio de golpe. Se me vino a la cabeza que estaría planteándose que aquel podía ser el mejor o el peor momento para hablar sobre ello y estaría esperando que le parara, o no. 

-Ah, ya.-dije lo menos borde posible, en señal de que no me negaba.- Yo también he estado pensando mucho sobre ello. Y tengo muy clara mi posición.-dije. 

-Te conozco lo suficiente como para saber cuál es, aún antes de que lo pienses tú. Me comporté como un idiota, soy consciente. No debí salir corriendo, pero no había tenido tiempo de reflexionar y no me di cuenta de tu parte de razón. Sólo de la mía, y muy agrandada. Además, no sé qué haría de ser tú. 

-Pues probablemente nada.-dije. Me sorprendí a mí misma con mis palabras. No sabía de dónde salían, pero eran esas.- Probablemente lo mismo que yo o más, tal vez nunca dejarías que nadie te viera, porque en el fondo te preocupa lo que diga la gente de tí. Al fin y al cabo, siempre te han presionado mucho para que nunca dejes de ser tú. Así que desde luego ha sido muy egoísta por tu parte lo que has hecho pero no me preocupa, porque sé que te das cuenta siempre de lo que haces mal. Es otra cosa para la que te han presionado siempre. 

mírame ;; axel blaze.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora