La niña ojeaba a su amigo. Estaba jugando a encajar piezas que ni siquiera eran puzzles, sin embargo, los ojos del pelirrojo presentaban demasiada felicidad como para que Ren se interpusiera en su tarea. Él era humano. Demasiado pequeño como para entender para qué servían aquellos cubos de colores. Ella ya iba tres o cuatro pasos por delante, y lo detestaba. Ya tenía conciencia como para pensar que ojalá pensara y actuara como los demás niños. Ojalá fuera como ellos, se solía decir. Pero su amigo siempre le decía que precisamente porque era especial la gente le quería. Después ella se preguntaba, ¿qué gente?
Él nunca le contestaba. Años después podría darle la razón a su amigo pero por entonces, aquella conversación siempre se detenía en la misma pregunta.
Ren y Xavier jugaban en aquel jardín de infancia. Rodeados de niños de todas las edades pero todo su interés lo habían descargado el uno en el otro.
Durante su actividad una mujer de mediana edad entró en la sala. Ni Ren ni Xavier la conocían aunque ella sí les conocía a ellos.
-Hola, Ren.
-¿Quién eres y qué quieres de ella?.-dijo el niño, con su voz temprana.
-Soy alguien que la quiere, pequeño.
Xavier se hizo a un lado, dejando a la mujer interactuar con la pequeña.
-¿Sabes quién soy, Ren?
Ren hizo un pequeño esfuerzo para leer la mente de aquella mujer. Sólo vio una palabra, "hermana".
-¿Tú eres mi hermana?.-dijo Ren casi sorprendida.
Nunca pudo ocultar sus habilidades a Xavier. El pequeño ya sabía de qué era capaz. Se sorprendió casi tanto como ella y observó detenidamente a aquella mujer.
-Sí, soy tu hermana. Pero tú no lo recordarás. Una familia está a punto de adoptarte, Ren. Y saber todo esto será un problema para tí, así que, no recordarás nada.
Entonces, Ren ya no sabía lo que había ocurrido. Se giró hacia Xavier y sólo supo hacer una cosa; abrazarle con fuerza sin saber muy bien lo que había ocurrido.
Antes de que aquellos dos pequeños se separaran sin ir a recordarse hasta el día que pudieran volver a verse, si lo hacían, Bright Robinson ya cruzaba de nuevo la puerta, dejando a su hermana pequeña atrás.
* * * * *
-Querido diario...-pensé en voz alta.-Dios, no tengo ni idea de cómo hacer esto.
Jugué un buen rato con el bolígrafo azul que tenía en la mano. Lo abría y cerraba constantemente. Jugaba con la tapa, me lo pasaba por el labio inferior dejándome una cara muy graciosa. Sólo tenía estas dos palabras escritas en la primera página; "querido diario". Empezaba a desesperar por mi cambio. Siempre había pensado que hablar como si una libreta en blanco tuviera vida y escuchara era inútil y en algún caso hasta destructivo. Pero tenía que intentarlo.
"Querido diario. Sé que hace tiempo debería haber dejado algunas notas, pero tendré que ponerme ahora al día, empezando persona por persona. Mi hermano, se ha ido. Mis padres están en estado de shock. Hace tiempo que no veo a Elijah y me sorprende que tarde en volver. Enzo, no lo veo desde la otra noche, cuando aquel sueño me impulsó de lleno a la idea de ingresar en el Raimon, al que por cierto, haré hoy la prueba de acceso. Ahora mismo estoy en el campo exterior con el uniforme esperando a que todo esté listo.
Ahora, es cuando hablo de lo que sé que quiero hablar realmente. Con todo lo que ha pasado últimamente hasta yo me pregunto cómo puede ser esto lo que más me llama la atención. Pero es. Es él.
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mírame ;; axel blaze.
FanficAxel Blaze no esperaba que su vida cambiase por completo. En una de las decisiones drásticas de su padre acabaría mirando a los ojos a Renée Evans. Ninguno de los dos tenía ni idea de que aquella primera mirada repentina desencadenaría el mayor caos...